Page 29 - Vida de San Agustín_Neat
P. 29
Agustín a la hora de contar su testimonio citaba aquel libro,
“El Hortensio” de Cicerón!, y lo decía con gran intensidad,
hasta se le iluminaba el rostro, cuando pronunciaba el
nombre. Lo leyó tantas veces que se dejó impregnar por los
consejos de aquel libro. Ese momento fue, un momento de
gracia. Andaba como en el aire suspirando por el ideal de los
hombres que buscaban, ya no los bienes terrenos, sino los
bienes eternos. ¡Cómo suspiraba Agustín por la sabiduría!
Es increíble. Se dejó impactar tanto por este libro, que la idea
de buscar la sabiduría lo acompañó siempre, hasta llegó a
pensar en un proyecto filosófico. Esto lo planeó estando en
Roma para vivirlo en Milán. Invitó a unos amigos para que
juntos vivieran, en una finca, dedicados a la contemplación, a
la investigación, al estudio y a la vida sumergida entre
pensamientos, reflexiones y meditaciones. Hasta pensaron
llevarse a sus mujeres, con las cuales tenían compromisos. El
proyecto no funcionó y Agustín continuó buscando siempre
un algo más, porque el ideal filosófico tampoco le llenaba del
todo sus vacíos.
Las ofertas como profesor de retórica eran abundantes; los
juicios públicos en la corte eran continuos; y así, el deseo de
29