Page 10 - Revista Nuevos Aires de Bolívar (Nº 19)
P. 10
Nuevos Aires
Página 10
Escribiendo nuestro propio destino,
por Gastón Peret
Hay muchas teorías, creencias y sen-
saciones con respecto al destino. Ahora,
si nos centramos en su significado lite-
ral, el destino no es otra cosa que el
lugar hacia donde nos dirigimos, y más
exactamente el punto de llegada. Es por
eso que muchos aseguran que este se
va amoldando de acuerdo a los aconte-
cimientos que se van presentando día a
día, momento a momento, más allá de
la distancia en la que se encuentre o lo
coloquemos de nosotros mismos.
Otros confían en que se trata de algo
que indefectible y misteriosamente se
encuentra escrito al final del horizonte,
entre las piedras que van acariciando
los ríos, o entre las hojas escritas de los
otoños infinitos. También están los más
expeditivos que se encargan de ponerse
el destino al hombro y apuntar sus plumas manchadas de tinta china para ir escri-
biéndolo, como el guión de sus propias vidas, como una autobiografía de lo que ven-
drá.
El destino es una carta marcada que llevamos en algún bolsillo secreto. Es el ca-
mino hacia donde se dirigen cada uno de nuestros pasos, quizás sin prisa, seguro sin
pausa. Va modificando su forma, su lugar, su tiempo y espacio como los colores de
las estaciones, según nuestro despertar y la manera en que decidimos encarar el nue-
vo día. Somos parte íntegra de ese destino tan personal y universal. Y esto último se
debe a esa extraña sensación y firme certeza de que otros son los encargados de re-
dactarlo.
Dios, el Universo, la Naturaleza, la imagen en el espejo, la fortuna y el azar, alguna
mirada profunda, o hasta aquellos hechos que nos suceden y a los que no podemos
darle una explicación razonable, son los posibles autores de esas páginas que nos
marcan el alma. Sin embargo, el destino existe, se encuentra tanto fuera como dentro
nuestro. Y lo mejor que podemos hacer es quebrar el bloqueo literario y comenzar
nosotros mismos a escribirlo y reinventarnos.