Page 29 - LO QUE DIOS HA PROMETIDO PARA EL DÍA POSTRERO
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Lo que Dios ha prometiDo para eL Día postrero          29
            Sangre rociada” allá en el Propiciatorio y en el alma de
            todos nosotros.
               Así como es colocada en el Lugar Santísimo del Templo
            que está en el Cielo: es colocada en el lugar santísimo de
            la persona como individuo, que es su alma.
               “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no
            escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba
            en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al
            que amonesta desde los cielos”.
               Ahora podemos ver que la Voz de Dios en medio de
            Su Iglesia, la Voz de Cristo en medio de Su Iglesia por
            medio de Sus ángeles mensajeros, es la Voz (¿de dónde?)
            del Cielo. Y cuando se nos habla que Cristo hablará desde
            el Cielo, pues Él está hablando desde el Cielo de etapa en
            etapa, de edad en edad, por medio de Sus mensajeros. Y
            cuando se nos habla de un Trueno o de los Siete Truenos,
            o de un trompetazo desde el Cielo, es la Voz de Cristo, la
            Voz del Cielo, la Voz celestial en medio del Israel celestial,
            en medio de Su Iglesia, hablándole a Su Iglesia por medio
            de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.
               “Porque si no escaparon aquellos que desecharon al
            que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros,
            si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
               La voz del cual conmovió entonces la tierra…”.
               En  el  monte  Sinaí  fue  conmovida  la  tierra,  y  hasta
            Moisés estaba temblando; no solamente la tierra estaba
            temblando  sino Moisés también,  y el monte estaba
            temblando también, y el pueblo hebreo también  estaba
            temblando. Y ahora:
               “La voz del cual conmovió entonces  la tierra, pero
            ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré
            no solamente la tierra, sino también el cielo”.
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