Page 233 - Libros de Caballerías 1879
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EL TORNEO

       vos no me puede acontecer cosa que
                                         la vitoria sea
       de otro, pues que vos ya la tenéis de mí.
         No eran estas palabras bien acabadas, cuando él
       y Lebusante de  Grecia  se encontraron con  tanta
       fuerza que Lebusante  fué  al  suelo por  las ancas
       del caballo, quedando Palmerín tan entero como
                                                    si
       no le tocara, de que  el emperador fué tan contento
       como espantado, porque este Lebusante era enton-
       ces  el mejor caballero de toda Grecia. Los demás
       caballeros noveles también se portaron con mucha
      gallardía.       i               '
        El estruendo destos primeros encuentros fué tan
      grande que parecía que un monte   se acabase de
      caer, quedando por  el canpo muchos  caballos  sin
      señores, quedando ellos en el suelo y algunos mal-
      tratados. Después de quebradas  las lanzas echaron
      mano  a  las  espadas, dándose  tan grandes  golpes
      que parecía que un gran ejército fuese  allí junto.
      Lebusante de Grecia, descontento  del  desastre del
      primer encuentro, ayudado de los suyos tornó a ca-
      balgar, y entrando por lo más áspero del torneo
      feria a una parte y a otra de tan duros golpes que
      por fuerza  le hacían lugar, mirando por quién  le
      derribara para enmendar  la vergüenza en que  le
      pusiera; yendo con  este deseo, puso  en  el mayor
      aprieto a los noveles, aunque éstos se defendían tan
      bien que el emperador tuvo en tanto el alto comien-
      zo  destos  noveles que todas  las  cosas pasadas  le
      parecían pequeñas; mas de la parte de  los estran-
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