Page 81 - Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes
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ISABEL I
REINA
Había una vez un rey que estaba empeñado en tener un hijo varón al cual dejarle su
reino.
Cuando su esposa dio a luz a una niña, el rey Enrique VIII estaba tan furioso que
dejó a su esposa, mandó a la niña lejos y se casó con otra mujer. Él creía que solo un
hombre podría gobernar el país después de su muerte, por lo que fue una gran noticia
que su nueva esposa diera a luz un niño: Eduardo.
Isabel, la hija de Enrique, creció siendo una niña brillante y alegre, con su larga
cabellera pelirroja y su temperamento feroz.
Eduardo, en cambio, tenía apenas nueve años cuando murió su padre y fue
nombrado rey. A los pocos años, él también enfermó y murió, y su hermana mayor,
María, tomó el trono. María creía que Isabel estaba conspirando en su contra, así que
la encerró en la Torre de Londres.
Un día, los guardias de la torre irrumpieron en la celda de Isabel.
«¡La reina ha muerto!», anunciaron, y cayeron de rodillas frente a ella.
Isabel pasó al instante de ser prisionera en la Torre a ser la nueva reina de su país.
La corte de Isabel les abrió las puertas a músicos, poetas, pintores y dramaturgos.
El más famoso de ellos fue William Shakespeare, cuyas obras adoraba Isabel. La
reina usaba vestidos suntuosos, hechos con perlas y encaje. Nunca se casó, pues
apreciaba su independencia tanto como la de su país.
Su gente la quiso mucho y, cuando murió, los londinenses salieron a las calles
para llorar por la mejor reina que habían tenido jamás.
7 DE SEPTIEMBRE DE 1533 – 24 DE MARZO DE 1603
REINO UNIDO
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