Page 8 - 19 Marie Curie
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Lumiere, que atrapaba las imágenes en movimiento. El matrimonio
                     Curie también haría de París la capital de la ciencia. Sin embargo,
                     no fue la Academia de Francia la primera en reconocer la genia-
                     lidad de ambos investigadores. Tal honor estuvo reservado a la
                     Academia de Ciencias sueca, que otorgaba los premios instituidos
                     por el inventor de la dinamita y que les concedió el premio Nobel
                     de Física en 1903 por el «descubrimiento de la radiactividad».
                         ¿Qué era la radiactividad? ¿Por qué era tan relevante? En las
                     últimas décadas del siglo XIX la ciencia parecía un edificio termi-
                     nado y bien construido en el cual materia y energía eran mundos
                     separados que se regían por leyes diferentes.  Pero en tomo al
                     cambio de siglo, en un período de apenas veinte años, una serie
                     de descubrimientos derribaron gran parte de los pilares sobre los
                     que se asentaba el conocimiento de la naturaleza. La relevancia
                     del descubrimiento de la radiactividad estribaba en que puso de
                     manifiesto que materia y energía estaban relacionadas y podían
                     transformarse una en otra. Los principales artífices de este descu-
                     brimiento fueron Pierre Curie, un genial pero desclasado profesor
                     de la Escuela de Física y Química Industriales de París, y su es-
                     posa, Marie, una polaca recién licenciada en Física y Matemáticas
                     en la Universidad de la Sorbona.
                         Cuando descubrieron la radiactividad, Pierre vivía una esplén-
                     dida madurez científica y ya había hecho varios descubrimientos
                     notables. No obstante, no había merecido el reconocimiento ofi-
                     cial de la Academia de Francia. La trayectoria científica de Marie
                     Sklodowska, por su parte, era mucho más corta, dado que había
                     presentado su tesis doctoral -dedicada al estudio de las propie-
                     dades de unas sustancias que emitían de forma espontánea unos
                     rayos de naturaleza singular- el mismo año que la Academia de
                     Ciencias sueca les concedió el premio Nobel.
                         Como todo gran descubrimiento, el de la radiactividad fue el
                     producto del trabajo de muchos científicos. Los rayos en sí mis-
                     mos los había descubierto un científico francés, Henri Becquerel,
                     heredero de una saga familiar dedicada al estudio de las radiacio-
                     nes emitidas por minerales. La comprensión detallada de los pro-
                     cesos que originaban el fenómeno fue fruto de las investigaciones
                     llevadas a cabo por diversos laboratorios de todo el mundo, muy






         8           INTRODUCCIÓN
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