Page 237 - DIC BORRADOR
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Dania se sienta al borde de la cama mientras observa como su madre se retira,
la consume la pena y mientras siente las suaves sábanas con sus dedos,
comienza a recordar y de pronto los cabos sueltos no
necesitan atarse, todo era claro y se siente una mujer ingenua al no haber visto
antes todo lo que veia ahora con tanta claridad.
A pesar de lo triste que está, no deja que este sentimiento le nuble la vista asi
que sin pensarlo dos veces, se desnuda y se da una ducha con agua tibia. Se
arregla como muy pocas veces se arregla para ir a la oficina, agarra un
colaless negro que no le deja marcas en la ropa para luego cubrirlo con una
minifalda muy ajustada que moldeaba su trasero, sus muslos masivamente
expuestos los cubre con unas medias transparentes, los tacos aguja de 7
centimetros la enaltan obligandola a enderezar la columna y sacar pecho, los
cuales cubre con un sostén negro de encaje con transparencias que además,
realsan aún más su ya generoso busto. Para cubrir sus sensuales senos elige
la blusa más escotada de su ropero, de color esmeralda, que hacia un juego
perfecto con los detalles del mismo color en sus zapatos. Se maquillo
cuidadosamente para encontrar el equilibrio perfecto entre sensualidad e
inocencia, pero falla al dejar solo un pequeño porcentaje de inocencia, la cuál
era deborada por su misma sensualidad.
Para entender esta reacción no hay que ir muy lejos. Los mismos miedos que
la hicieron entrar en pánico ante Daniel, ofreciendole absolutamente cualquier
placer carnal que el quisiera disfrutar a coste de su cuerpo, se habian
multiplicado al ver a su padre, el pilar de su creencia en el amor y fidelidad,
caer. Solo bastaban fugaces imagenes de aquellas dos prostitutas junto a su
modelo a seguir, para