Page 34 - Mi Brúula Viajera
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¿Cómo pretender que la imaginación de un niño no
vuele ante esta vista? ¿Cómo impedir que el incipiente
germen aventurero no echara fuertes y profundas
raíces en la mente de un viajero en formación?
Lo de «el Fin del Mundo» es casi, casi real… al
menos del “mundo sólido, conocido”.
Más allá, es de esperar, un mar implacable, un clima
inhóspito, grises arriba y abajo.
Y fue casi como un acto involuntario recordar las
palabras del poema de Rubén Darío, “El mar
como un vasto cristal azogado, refleja la
lámina de un cielo de cinc”, de la hermosa
Sinfonía en gris mayor, aprendida en clase de
Literatura en mi lejana adolescencia.
Inolvidable, por cierto.