Page 66 - Mi Brújula Viajera. Libro 3
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A las 5 de la mañana, antes de salir a su tarea

                                                                       diaria, recibían sólo una taza de café y dos
                                                                       panes hasta el medio día, en que se repartía

                                                                       “el rancho”.

                                                                       La excepción eran “los leñadores” que no
                                                                       recibían pan ni rancho”.






























     Entre las 5.40 y las 6.00 disponían de tiempo

     para el aseo personal y arreglo de las celdas

     (compartidas en algunos casos), para luego
     partir a los rudimentarios talleres asignados a

     cada uno.
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