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Incapacidad moral en Perú: democracia Eutanasia en
fatigada y el fin del ciclo Boluarte Uruguay: ¿más o
La destitución de Dina Boluarte simboliza el colapso de una democracia peruana agotada, menos derechos?
desconectada de su ciudadanía y atrapada en un ciclo de crisis institucional y deslegitimación política.
a destitución de Dina Boluarte no sorprendió a representa una salida, sino la continuidad del vacío.
nadie que siguiera de cerca la lenta descompo- Jerí, un político sin trayectoria nacional, asume un país o más sorprendente es que esta lógica haya sido
sición del régimen. Más que una crisis coyun- exhausto, sin horizonte ni confianza. Hereda no solo una promovida y votada por toda la izquierda uruguaya
L tural, su caída sintetiza el agotamiento de un crisis institucional, sino una fractura social que atravie- y algunos legisladores de derecha (si es que todavía
modelo político que perdió toda capacidad de representa- sa clases, territorios y generaciones. Su principal desafío Lpodemos usar esos términos). Extrañamente la
ción. Perú vive desde hace años en una especie de limbo no será mantener el orden, sino devolverle sentido a la
institucional: formalmente democrático, pero sin una palabra “democracia”. Porque en el Perú contemporáneo, izquierda apela en este asunto tan delicado a un discurso
democracia vivida, sin ciudadanía que se reconozca en la democracia se ha vuelto un ritual sin contenido: elec- Por: Miguel Pastorino libertario —“mi cuerpo, mi decisión”— olvidando que el
Luis Miguel Suárez sus autoridades ni en las reglas del juego. La vacancia ciones regulares, congresos volátiles y presidentes que respeto por la dignidad humana exige cuidar, no eliminar
del 10 de octubre fue solo el último gesto de un sistema duran lo que tarda en agotarse su crédito mediático. ULTIMA PARTE al que sufre. No se tienen en cuenta las injusticias sociales
que se consume en su propio descrédito. La raíz del problema es estructural. El modelo polí-
Boluarte llegó al poder como resultado de un proceso tico peruano, consolidado tras el fujimorismo, apostó que empujan a alguien a decisiones que no elegiría si tuviera
anómalo. Heredó la presidencia tras la destitución de por una democracia mínima: mercado sin Estado, creci- otras opciones. Así, se ha reconfigurado una izquierda que
Pedro Castillo, el maestro rural que había irrumpido con miento sin redistribución, formalidad constitucional sin habla de libertad, pero sin pensar en las injusticias. Y aunque,
la promesa de una política distinta y terminó devorado inclusión social. Se privilegió la estabilidad macroeconó- más divididos en este tema, los pocos legisladores que votaron
por un entramado institucional hostil y un Congreso mica sobre la cohesión social, y el resultado ha sido una desde los partidos tradicionales, al invocar la libertad indivi-
decidido a impedir cualquier intento de redistribuir el ciudadanía cínica, descreída y frustrada. El desencanto
poder o cuestionar los privilegios históricos. La caída no nace del exceso de democracia, sino de su ausencia dual como argumento, traicionan el humanismo liberal que
de Castillo fue presentada como una defensa del orden sustantiva. Cuando las instituciones sirven más a los defendía la igual dignidad de todas las personas, consagrado
constitucional, pero en realidad abrió la puerta a un intereses de unos pocos que a las necesidades de las en la Constitución. En ambos casos, la tradición humanista
gobierno sin legitimidad social, sostenido por las élites mayorías, la legitimidad se erosiona hasta desaparecer. uruguaya de respeto y solidaridad se diluye en un emotivis-
económicas y por una coalición parlamentaria que nunca Desde una mirada regional, el caso peruano es un
escondió su desdén por el voto popular. Desde entonces, espejo que refleja una tendencia más amplia en América mo superficial que llama “derecho” a lo que en realidad es una
el país quedó en manos de un Ejecutivo sin respaldo y de Latina: la fatiga democrática. Gobiernos que adminis- grave discriminación social y jurídica.
un Congreso convertido en árbitro de la política. tran la desigualdad, élites que confunden estabilidad CRISIS DEL DIÁLOGO DEMOCRÁTICO
Durante casi dos años, Boluarte gobernó con el con inmovilidad, y sociedades que ya no creen que votar A pesar de lo que muchos suponen, las objeciones más
discurso de la “mano firme”, prometiendo restablecer el cambie algo. En este contexto, los populismos de distin- fuertes a la ley no provinieron de argumentos religiosos. Las
orden y garantizar la estabilidad. Pero en la práctica, su to signo florecen no como causa, sino como síntoma del
administración profundizó la distancia entre el Estado fracaso de la representación. Perú es quizás el labora- personas creyentes no apelaron a su fe para intervenir en el
y la sociedad. Las protestas sociales que sacudieron el torio más extremo de esa patología: un país donde la debate, sino a las mismas razones bioéticas y jurídicas que
sur andino tras la caída de Castillo fueron reprimidas política se ha vaciado de contenido y donde la palabra cualquier ciudadano —creyente o no— puede compartir. Sin
con una violencia que dejó decenas de muertos. El “reforma” se pronuncia con cinismo. embargo, buena parte del discurso político y mediático necesi-
mensaje fue claro: la estabilidad valía más que la vida. Boluarte fue, en ese sentido, una figura trágica:
La respuesta autoritaria al conflicto marcó el quiebre una presidenta sin partido, sin base social y sin relato. tó crear un enemigo cómodo y fácil de derrotar simbólicamente:
definitivo de la legitimidad gubernamental. En el Perú Gobernó de espaldas a la ciudadanía, apostando a la el “dogmatismo religioso”, que no es otra cosa que una falacia
profundo, el Estado volvió a ser percibido como un represión y al discurso tecnocrático, creyendo que la de hombre de paja. Como si defender la laicidad fuera promo-
aparato ajeno, centralista y punitivo. Esa fractura social, autoridad se sostiene con decretos y no con legitimidad. ver la eutanasia. Pero así se evita discutir el fondo del asunto
que lleva décadas gestándose, terminó de romper cual- Pero su caída no debería interpretarse como una victoria y se instala un conflicto imaginario entre libertad y religión,
quier posibilidad de consenso. de sus adversarios, sino como una advertencia. Cuando
La inseguridad, la inflación y la corrupción completa- los gobiernos de la élite fracasan, no triunfa la democra- cuando lo que está en juego no es la fe, sino la dignidad y la
ron el cuadro. El llamado “Rolexgate” —la investigación cia, sino el vacío. Y en ese vacío, el autoritarismo siempre igualdad ante la ley.
por una colección de relojes de lujo no declarados— fue acecha. El resultado de cinco años de discusión sin cambios en el
apenas la chispa que encendió la mecha. No fue el escán- El reto, entonces, es reconstruir el pacto democrático texto de la ley demuestra algo más profundo: hemos perdido
dalo en sí lo que destruyó a Boluarte, sino lo que simbo- desde abajo. Eso implica reconocer las demandas poster-
lizó: un poder desconectado, incapaz de comprender la gadas del sur andino, la desigualdad estructural que la capacidad de escuchar razones. Hoy no importa qué se dice,
indignación de una ciudadanía que sobrevive en la infor- divide al país y la necesidad de un Estado que proteja, en sino quién lo dice. En el debate público, las etiquetas pesan
malidad y la precariedad. En un país donde millones lugar de castigar. La izquierda moderada —esa que cree más que los argumentos, y la descalificación reemplaza al
viven con salarios insuficientes, la ostentación del lujo en en la justicia social sin renunciar a la institucionalidad— pensamiento. No se dialoga: se compite por imponer relatos.
la cúpula política adquirió el carácter de afrenta moral. tiene la oportunidad de plantear una agenda renovado- Resulta más cómodo para quien no quiere pensar ni escuchar
Cada reloj se volvió metáfora del divorcio entre el Estado ra: no populista, sino popular; no rupturista, sino inclu-
y el pueblo. El Congreso, por su parte, aprovechó el yente. Un nuevo contrato social que devuelva sentido a ideas que lo cuestionen, descalificar previamente al adversario,
desgaste de la presidenta para consumar la vacancia. No la política y que haga de la igualdad una condición de la antes que tomarse el tiempo de discutir sus razones.
lo hizo por convicción ética, sino por cálculo político. En democracia, no su promesa incumplida. La ley de eutanasia no solo pone a prueba nuestra concep-
el Parlamento peruano, los discursos sobre moral y lega- La vacancia de Dina Boluarte cierra un ciclo, pero ción de la vida y de la libertad. También revela una crisis cultu-
lidad suelen ser instrumentos de poder, no principios. Lo no inaugura otro. Es el último acto de una democracia
paradójico es que un Congreso con niveles de aprobación fatigada que necesita reencontrarse con su propia ral y política más amplia. Cuando la sociedad deja de debatir
inferiores al 10 % se arrogue el derecho de destituir a sociedad. Si el Perú no asume la tarea de reconstruir el racionalmente y se deja llevar por emociones y prejuicios
una presidenta igualmente impopular en nombre de vínculo entre Estado y ciudadanía, seguirá atrapado en identitarios, la democracia se vacía de contenido. Y si pensar
la “voluntad popular”. En esa dinámica circular, todos su bucle de crisis permanentes, entre la república formal distinto se convierte en motivo de sospecha, ya no estamos
ganan poder mientras la ciudadanía lo pierde. Lo que y la nación ausente. Porque el problema del Perú no es la ampliando derechos: estamos reduciendo el espacio de la razón
en teoría debería ser un sistema de pesos y contrapesos inestabilidad: es la indiferencia. Y cuando la gente deja
se ha transformado en una guerra de desgaste mutuo de creer que el poder le pertenece, la democracia deja de compartida.
donde la política se reduce a supervivencia. existir, incluso antes de caer. Este artículo apareció primero en Diálogo Político.
La asunción del presidente interino José Jerí no Publicado inicialmente en Latinoamérica21.
DATA DE LA HISTORIA
Día Internacional de la Piel de Mariposa
El 25 de octubre se celebra el Día Internacional de la Piel de Maripo- la iniciativa de la organización DEBRA Internacional, con la finalidad de
sa o Epidermólisis Bullosa, una enfermedad rara de la piel. Se busca visibilizar la enfermedad conocida como Epidermólisis Bullosa o Piel
concienciar a la población acerca de esta patología. Las personas que de Mariposa, que afecta a 1 o 2 personas de cada 50.000 habitantes.
padecen esta enfermedad tienen la piel tan frágil como las alas de una ¿En qué consiste la enfermedad de la Piel de Mariposa?
mariposa, de ahí proviene su denominación coloquial. La Epidermólisis Bullosa (EB) o Piel de Mariposa es una enfermedad
Origen del Día de Conciencia sobre la enfermedad de Piel de Mari- rara, genética e incurable caracterizada por la extrema fragilidad de la
posa piel y de las mucosas ante el más mínimo roce, causando ampollas,
La creación de este día internacional en el año 2007 ha sido gracias a heridas, desprendimiento de la piel y dolor en todo el cuerpo.

