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REDACCIÓN Lo que se llevaba en aquellos años, más que nada en
los cohetes, a la búsqueda de velocidades supersónicas (fue
n 1952, hace más de 70 años, el mundo del auto- La insólita Estados Unidos, era todo aquello que recordara a los jets, a
móvil asistió a una sorpresa inesperada, y por una influencia que se vio sobre todo en Cadillac, Chevro-
tanto mayúscula: Fiat, la marca de los coches let…). Sin embargo, el diseño que ves, basado en estas
Emodestos, la que fabricaba vehículos económicos premisas, no se estrenó en un Fiat. De hecho, el diseñador
para un mercado de masas, se había lanzado al mercado de historia Giovanni Savonuzzi lo perfiló para un Alfa Romeo que parti-
los superdeportivos para millonarios. cipó en la Mille Miglia de 1953.
Y es que, aunque sabían que se adentraban en el descono- Tenía un capó muy largo y unos faros posteriores que
cido terreno de los automóviles más exclusivos, ni de lejos recordaban en gran medida a la parte trasera de los reac-
imaginarían que siete décadas después uno de aquellos tores. Y gustó tanto, que Ghia volvió a utilizarlo con los 14
modelos podría superar de largo los dos millones de euros. del Fiat de chasis de Fiat que había comprado, algo que hoy resultaría
El coche que habían presentado (que no se parece al de impensable. El resultado final no fue idéntico al del Alfa
las fotos) era en realidad más bien feo, con un techo elevado, Romeo porque el Fiat era algo más pequeño (sobre todo en
unas aletas prominentes y un frontal nada atractivo. Pero longitud del capó), pero a simple vista resultaban idénticos.
lo que contaba era el interior. 135 Unidad 000053
Más en concreto, el interior de su vano motor: lo que Uno de aquellos 14 coches es este, que salió de la fábrica
había allí era un V8 de 2,0 litros con el bloque en alea- de Turín a finales de julio de 1953 y se trata del penúltimo
ción ligera y válvulas en la culata. En su primera versión, de los chasis que fueron enviados a Ghia. Ya en el carrocero,
aquella joya de la mecánica entregaba 105 CV que ya le el chasis 000053 fue pintado en Azul Medio Metallizato con
permitían alcanzar los 190 km/h; una velocidad descomu- CV que un interior en cuero terracota y se entregó a un residente
nal para las carreteras de mediados del siglo pasado. en San Marino llamado Alessandro Sarti, que presumió de
Un sueño que no podía durar coche en algún ‘concurso de elegancia’ y lo mantuvo toda la
El coche fue un sueño que no se podía prolongar, una década.
especie de prueba que duró lo que tardaron los directivos vale más En 1960 se lo vendió a Piero Fagioli, de Rimini (Italia),
de Fiat en darse cuenta de que mejor les iba a ir si se preo- que en realidad solo lo quería para piezas porque ya tenía
cupaban solo por hacer coches para un gran público. Así un V8 para competir. Por suerte nunca necesitó ninguna
que pararon de construir chasis y motores cuando lleva- pieza principal y el coche se quedó almacenado hasta que
ban 114 unidades. diez años más tarde lo compró el gerente de un concesiona-
De ellas, 34 fueron carrozadas por la propia Fiat con el rio en Milán, llamado Edoardo Tenconi. Pero sucedió que
diseño que había sido mostrado en 1954, y el resto fueron de €2 Tenconi ya tenía dos ejemplares del V8, así que metió este
entregadas a distintos carroceros para que hicieran con Supersonic en un garaje subterráneo y casi se olvidó de él
aquel chasis y aquel motor ‘lo que quisieran’. durante más de 30 años.
Zagato y Vignale realizaron algunas de ellas, por dar el Búsqueda incesante
nombre de algunos afamados carroceros. Pero el que real- Ya en 2001 cambió la suerte para este coche; un coleccio-
mente elevó la historia del Fiat V8 hasta los altares de la millones nista belga se puso en plan detective y no paró hasta descu-
belleza automovilística fue el carrocero Ghia, que diseñó brir su paradero. Lo encontró en un estado muy original,
las líneas que ves en estas imágenes. lo compró sin regatear un céntimo y comenzó a barajar a
La influencia ‘supersónica’ quién podía encargarle su restauración, porque sabía que el
coche era una joya de valor desproporcionado y solo le valía
lo mejor. Tardó nada menos que diez años en decidirse: la
carrocería y el interior la confió a Quality Cars de Vigonza,
en Italia, que reprodujo el color exacto y el interior porque
había encontrado restos intactos de pintura y tapicería.
Por su parte, recurrió a Checchi’s Motor Holding para
recomponer de manera absoluta el motor, la caja de cambios,
el chasis y el tren de rodaje. Aunque no todo fue revertido a su
condición original, porque se permitió la licencia de aceptar
que le pusieran bielas y pistones mejorados, además de un
cigüeñal perfeccionado que reduce más si cabe la vibración
del V8. La sorpresa es que con estos cambios el coche entre-
gaba en banco 135 CV, 30 más que cuando el motor montado
en el chasis abandonó la fábrica de Fiat en Turín.
Sin usar
Los trabajos de restauración duraron tres años y desde
que el coche fue finalizado y entregado a su dueño se ha
guardado en una especie de cápsula del tiempo. De hecho,
no solo es que no ha sido conducido, sino que su propietario
ni siquiera ha querido que se viera o que otros coleccionistas
tuvieran constancia de su existencia.
Pero todo tiene un final, y ha llegado el momento en que
el dueño se ha preguntado si no será mejor tener una ‘inde-
cente’ cantidad de dinero extra en lugar de un coche que
no disfruta cubierto por un plástico. Así que el pasado 8 de
diciembre se ha subastado en Nueva York por parte de RM
Sotheby’s. Y, más o menos como se esperaba, han pagado
2,25 millones de euros por él. Es decir, la misma cotización
que ha alcanzado el veneradísimo Ferrari F40. ¡Casi nada!