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ENERGÍAS RENOVADAS PARA

UNA REGIÓN SOLUCIÓN

La transición energética también debe ser justa y aportar en el cierre de brechas de acceso y calidad de energía que se mantienen en la región

POR SERGIO DÍAZ-GRANADOS

lo largo de la historia, la humanidad ha pasado por
distintas transiciones energéticas. De la biomasa
al carbón, del carbón al petróleo y otros combus-
A tibles, en una búsqueda impulsada por energías
cada vez más eficientes y poderosas.
Actualmente nos encontramos frente a un hito histórico.
Por primera vez somos partícipes de una transición energética
con un objetivo distinto: reducir emisiones de gases de efecto
invernadero y frenar el cambio climático.
El sistema de desarrollo económico actual no es sostenible.
Entre los sectores contaminantes, el consumo de energía es
el principal responsable de las emisiones y se calcula que, al
ritmo actual, en 28 años la temperatura del planeta habrá
superado los 2 grados sobre los niveles preindustriales, algo
que tendrá consecuencias catastróficas (como la erosión de las
costas y desastres naturales más intensos y frecuentes). Si
bien América Latina y el Caribe contribuye con solo el 11% de
estas emisiones, no hay duda de su alta vulnerabilidad climá-
tica.
La transición energética tiene una motivación medioam-
biental, pero también económica. En 2004 CAF -banco de
desarrollo de América Latina y el Caribe- publicó su primer
Reporte de Economía y Desarrollo (RED) que buscaba respon-
der la pregunta de cómo podría América Latina y el Caribe
superar la brecha de crecimiento.
Hoy, 20 años después, nos seguimos haciendo la misma
pregunta, pero con una notable diferencia: ¿cómo puede crecer
nuestra región sin generar más emisiones?
El nuevo reporte RED de CAF nos lleva por el camino de
las oportunidades para la región, por ejemplo, para generar
energía limpia y atraer inversión extranjera, en lo que técnica-
mente se conoce como powershoring.
Las energías renovables como la solar, la eólica y la geoter-
mia tienen un gran potencial en varios países de América
Latina y el Caribe. Se calcula que con el pipeline de proyectos
actual, la capacidad eólica y solar a gran escala de la región
puede aumentar en más del 460% para 2030. Además, alre-
dedor del 60% de la electricidad de la región proviene de ener-
gías renovables, el doble de la media mundial. Brasil, México,
Chile y Argentina, por ejemplo, son grandes productores de
energía eólica, y la región también está bien posicionada para Molinos de viento giran en el Parque Eólico de Osorio, al sur de Brasil. BRAZIL PHOTOS (GETTY IMAGES)
producir biocombustibles e hidrógeno verde.
La abundancia de minerales y fuentes de energías alterna-
tivas es otra condición favorable para posicionarnos a nivel los organismos multilaterales y de las personas y empresas Caribe puede ser un factor determinante de la localización y
global. Los minerales de transición como el litio, el níquel y para adecuar sus hábitos a la nueva realidad. producción de las empresas.
el cobre (todos abundantes en la región) son fundamentales Será un camino retador que demandará acciones audaces Además, los empleos verdes pagan mayores salarios y
para producir baterías, autos eléctricos, fuentes de generación y un músculo financiero sólido que respalde las acciones a demandan más habilidades y una mayor intensidad de tareas
solar, eólica, geotermal o hidroeléctrica. desplegar. abstractas.
Existe otro factor que puede convertir a la transición ener- El sistema financiero y, en especial, la banca de desarrollo, Pero para aprovechar estas oportunidades, deben existir
gética en un activo global de la región. El sector energético debe ser un aliado fundamental para este propósito. alternativas para aliviar el costo para las personas que pierdan
tiene un mayor aporte al valor agregado en América Latina América Latina y el Caribe debe aprovechar la transición su empleo y favorezcan su reasignación a nuevos trabajos.
y el Caribe (4,6%) que en la OCDE (2,5%). Estos números energética para reducir las desigualdades. A pesar de algunos Albert Einstein reconocía que “hay una fuerza motriz más
esconden, sin embargo, una gran heterogeneidad: en Trini- avances, seguimos siendo la región más desigual del mundo. poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la
dad y Tobago, Bolivia y Venezuela, por ejemplo, los sectores La transición energética, por tanto, también debe ser justa voluntad”.
energéticos representan el 18%, 17% y 12% del valor agregado, y aportar en el cierre de brechas de acceso y calidad de energía América Latina y el Caribe es una región con mucho poten-
respectivamente, mientras que en Haití o República Domini- que se mantienen en la región. cial para aportar soluciones a los retos globales, pero si quere-
cana, su contribución es inferior al 1 %. Este concepto implica justicia entre países (reconociendo mos tener una mayor incidencia global y generar mayor bien-
Cada país experimentará la transición energética a su las responsabilidades históricas de cada uno en las emisiones estar para nuestros ciudadanos, debemos impulsar todas las
propio ritmo en función de su realidad, y deberá elegir su velo- acumuladas) y justicia entre ciudadanos de un mismo país, voluntades y tomarnos en serio el cambio de paradigma al que
cidad, intensidad y estrategia de acuerdo con sus caracterís- para que los costos de la transición energética no recaigan se encaminan las economías modernas, sin olvidar de la reduc-
ticas. sobre las poblaciones más vulnerables. ción de la pobreza ni del aumento de la productividad, dos de
Este proceso requerirá de los esfuerzos de los Gobiernos, de El amplio acceso a energía limpia en América Latina y el nuestras tareas históricas más importantes. (El País, España)