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IDIOMA
Abolir, verbo regular en todas La contrarrevolución
sus formas
revolucionaria en el siglo XXI
El verbo abolir, que tiene el significado de derogar una ley,
precepto o costumbre, es regular y puede conjugarse como
tal en todas las formas: yo abolo, ellos abolen…
En los medios de comunicación se encuentran a veces enun-
ciados como los siguientes: «Zimbabue abole oficialmente la
pena de muerte», «Abolen tarifas de transporte en capital
serbia» o «Aboga por que se abolan todas las prohibiciones».
Aunque tradicionalmente este verbo se consideraba defec-
tivo porque solo se encontraban textos con las formas que
tienen i en la desinencia (abolís, aboliré, abolí…), hoy se
documentan otras, como puede verse en los ejemplos ante- Fernando Mires programado, así lo pensaron tal vez algunos
riores. Según indica el Diccionario panhispánico de dudas,
abolir admite en la actualidad todas las formas, que se consi-
deran apropiadas, y su conjugación es regular.
Por tanto, las frases del principio son todas adecuadas.
Cabe reseñar que, al tratarse de un verbo regular, no son
válidas expresiones como yo abuelo, tú abueles, etc., sino yo
abolo, tú aboles, etc., como puede comprobarse en el Diccio-
nario de la lengua española.
DATA DE LA HISTORIA
Marconi, ingeniero de la primera
transmisión por radio de la historia
A pesar de que el descubrimiento de la radio no está exento
de polémicas, el 14 de mayo de 1897 el ingeniero eléctrico y
Premio Nobel italiano Guillermo Marconi, realizó la primera
transmisión de radio de la historia. Nacido en Bolonia el 25 de
abril de 1874, Marconi no asistió a la escuela hasta después
de haber cumplido los 12 años, pues sus padres prefirieron
contratar a un maestro para que le impartiera clases particu-
lares en casa. Sería gracias a un profesor de física llamado
Vicenzo Rosa cuando Marconi empezó a interesarse por el
magnetismo y la electricidad. A los 20 años asistió a la Univer-
sidad de Bolonia, donde impartía clases Augusto Righi, un
físico italiano que desempeñó un papel muy importante en el
desarrollo del electromagnetismo.
El 14 de mayo de 1897, Marconi envió la primera comuni-
cación inalámbrica a través de mar abierto a una distancia
de seis kilómetros, desde el canal de Bristol (Inglaterra)
a Penarth, una localidad de Gales. En 1909, Guillermo
Marconi fue galardonado con el premio Nobel de Física, que
compartió con el físico alemán Carl Ferdinand Braun, por su
contribución a las comunicaciones por radio.
La alianza entre élites y chusma, considerada por Hannah
Arendnt como base de los movimientos y partidos
totalitarios, se ha hecho nuevamente presente
l siglo veinte fue el más trágico de derrumbe del muro de Berlín en 1989, sino con
la historia de la humanidad. Sin la declaración de independencia de Ucrania, el
embargo, como en una película año 2001. Visto así, Gorbachov no fue el inicia-
Enorteamericana, tuvo un final feliz. dor del fin del imperio soviético sino el hombre
Dos guerras mundiales, millones de muertos, que culminó ese fin. Las dictaduras comunis-
dos totalitarismos, el alemán y el soviéti- tas, las llamadas nomenklaturas, para decirlo
co, cada uno con sus respectivos campos de con la terminología de Gramsci, no fueron
concentración, invasiones y genocidios, no hegemónicas, solo dominantes. Nunca logra-
fue poco sobrepasar. Parecía en efecto que el ron ganar la aceptación de sus pueblos; solo su
desaparecimiento de las democracias estaba sumisión.
El derrumbamiento real y simbólico del
ilustres suicidas de la talla de un Walter Benja- Muro de Berlín en 1989 pareció iniciar una
min y Stefan Zweig. Pero Occidente, gracias nueva era en la historia de la humanidad. Una
entre otras cosas al surgimiento del imperio revolución democrática que continuó en los
norteamericano, terminó, en distintas oleadas, albores del siglo veintiuno con el desarrollo
imponiendo su hegemonía en todas las áreas, de movimientos políticos y culturales como el
hubieran sido estas económicas, militares, y ecologismo, el feminismo, hasta llegar a las
por supuesto, culturales. El ideal democráti- reivindicaciones “de género” que escandalizan
co, me refiero a esa revolución comenzada con a tantos amantes del pasado.
las revoluciones madres de la modernidad, la Naturalmente, esa revolución global, como
norteamericana y la francesa, continuaba todo gran acontecimiento histórico, portaba
avanzando, sorteando escollos, rompiendo consigo los gérmenes de su negación. No hay
muros. revolución sin contrarrevolución. Lo que nadie
El modo americano de vida adaptado a esperaba, pero sí sucedió, fue que la ola contra-
distintas nacionalidades fue convirtiéndose rrevolucionaria iba a ser mucho más alta y
poco a poco en un ideal mundial. Hasta nues-
más fuerte que la ola revolucionaria. Recién
tros días, miles, millones de jóvenes chinos, hoy podemos entender mejor ese fenómeno.
rusos, sudasiáticos y hasta islámicos, visten, La magnitud de la ola políticamente contra-
bailan e incluso piensan de modo “occidental”. rrevolucionaria que estamos viviendo ocurre
La hegemonía parecía no estar más en disputa. porque esta se ha cruzado con una revolución
El fin de la historia en su versión hegeliana fue económica y tecnológica solo comparable a
pensada como una realidad presente. Así la la que tuvo lugar después de la invención del
entendieron politólogos como Francis Fukuya- fuego, o de la electricidad. Nos referimos a esa
ma. Para decirlo con Benedetto Crocce, el siglo revolución digital que, según gran parte de sus
veinte, en sus tramos finales, había pasado a analistas, esta lejos de terminar; más aún: está
ser el escenario de una “hazaña por la liber- recién comenzando.
tad” de dimensiones globales. Efectivamen- La revolución digital de nuestro tiempo es
te, la revolución tecnoeconómica global que poseedora, como todas las grandes transforma-
hoy estamos viviendo fue precedida por una ciones científicas y tecnológicas, de una muy
suerte de globalización de la democracia. En destructiva creatividad (Shumpeter). Una
en el sur de Europa, las dictaduras, algunas revolución que altera radicalmente todas las
restos del derrotado fascismo como la española relaciones sociales y culturales de producción.
de Franco, la portuguesa de Salazar, la Grecia Una revolución posmoderna que se ha encon-
de los coroneles, fueron desmoronándose una trado en su crecimiento y desarrollo con una
detrás de otra, sin violencia e incluso con clave- contrarrevolución anti-moderna. Antimoder-
les en los fusiles, como en Lisboa. En América nidad y posmodernidad han marchado por el
del Sur, a su vez, las dictaduras de “seguridad mismo camino y ambas confluyen en el cumpli-
nacional” emprendían la retirada y al irse miento del objetivo común: la destrucción de
dejaban abierto el pasadizo para que su lugar la modernidad, entendiendo por ella no solo
fuera ocupado por partidos democráticos. Pero a la producción industrial sino también a un
el broche de oro lo puso sin duda la caída del conglomerado de transformaciones que tras-
imperio soviético. torna hábitos, costumbres, creencias, culturas
El fin del comunismo sorprendió a muchos, y, no por último, las formaciones políticas de
aunque no a tantos que habíamos seguido con la llamada modernidad. Sin querer jugar con
atención los sucesos de Hungría y de la RDA palabras podríamos decir que la que estamos
durante los años cincuenta, la primavera de viviendo es una contrarrevolución revolucio-
Praga del año 1968 y, sobre todo, el nacimien- naria. Sin esos trasfondos, es mi opinión, no
to de la primera y única revolución obrera de podemos entender el tema que nos interesa
Europa, la de Solidarnosc, surgida en contra aquí abordar: el descenso de las democracias
de la tiranía comunista. Son capítulos de y su sustitución por regímenes autoritarios,
una larga historia que terminaría, no con el autocráticos y dictatoriales.