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        LA EXTINCIÓN DE ESPECIES ES                                                                         veces más veloz de lo que cabría esperar si hubiese seguido
                                                                                                              En ese tiempo, 73 géneros se extinguieron a un ritmo 35

        35 VECES MÁS RÁPIDA DESDE LA                                                                        la velocidad de los 65 millones de años previos.

                                                                                                              Sin  la  influencia  humana,  habrían  sido  necesarios
        APARICIÓN DE LOS HUMANOS                                                                            18.000 años para ver desaparecer tantos géneros. Según
                                                                                                            los autores, al menos un tercio de los vertebrados conocidos
                                                                                                            están perdiendo población y se ven arrinconados en ecosis-
                                                                                                            temas cada vez más pequeños.
        Un estudio muestra que en los últimos cinco siglos han desaparecido 73 ramas                          Al principio del siglo XX había 10 millones de elefantes.
        completas del árbol evolutivo                                                                       Hoy hay menos de medio millón y han desaparecido de
                                                                                                            muchos de los países que habitaban hasta hace poco.
                                                                                                              La pérdida de un género entero puede tener un impacto
                                             POR DANIEL MEDIAVILLA                                          en el funcionamiento de un ecosistema completo.
                                                                                                              La homogeneización impuesta por los humanos en su
                                                                                                            entorno está haciendo desaparecer también un equilibrio
               n un libro sobre el futuro de la inteligencia artifi-  Pese al impacto de la humanidad sobre los ecosistemas   beneficioso para nuestra existencia y cambiando el curso
               cial, el profesor del MIT (Instituto Tecnológico de   terrestres,  solo  suponemos  el  0,01%  de  la  biomasa  del   de la evolución.
               Massachusetts) Max Tegmark plantea un escena-  planeta.                                       “En el este de Estados Unidos desaparecieron los grandes
       Erio absurdo y aterrador: si no fuésemos capaces de   Sin embargo, los humanos continúan su avance, redu-  depredadores, osos, pumas, lobos, y aumentaron los
        transmitirles con precisión nuestros objetivos, las máqui-  ciendo el espacio para otros animales y quedándose cada   venados de cola blanca de una manera estratosférica, y
        nas podrían adoptar un objetivo propio muy alejado de   vez más solos.                              también de ratones. Los venados y los ratones son hospeda-
        nuestros intereses, como transformar en clips metálicos   Esta sexta extinción masiva, después de otras produci-  dores de unas garrapatas que transmiten una enfermedad
        todos los átomos del universo, incluidos los de nuestros   das por meteoritos, como el que acabó con los dinosaurios,  muy grave que es la enfermedad de Lyme. Eso ha hecho
        propios cuerpos.                                  o procesos geológicos extremos, es la primera causada por   que haya millones de casos por año en EE UU”, ejemplifica
          Criticados por lo extravagante de su fin, la mente mecá-  un solo animal.                         Gerardo Ceballos.
        nica podría excusarse en que fue entrenada observando a   Y el impacto no se ciñe a especies aisladas. Según un   En un tono menos pragmático, Paul Ehrlich, profesor de
        sus creadores.                                    artículo que hoy se publica en la revista PNAS, se están   la Universidad de Stanford y coautor del estudio, dice que
          En  las  últimas  décadas, la inteligencia  humana  ha   mutilando ramas enteras del árbol de la evolución.   “estamos perdiendo los únicos compañeros vivos que cono-
        logrado  una  expansión  de  la  especie  sin  precedentes   Animales como el tigre de Tasmania o el delfin del Yangtsé   cemos en todo el universo”.
        gracias a un uso del ingenio para, con una eficiencia homo-  fueron los últimos de su género, un concepto que agrupa a   La pérdida de biodiversidad y la sobreexplotación del
        geneizadora terrorífica, convertir a los otros seres vivos en   varias especies relacionadas entre sí.  espacio salvaje está facilitando el salto de enfermedades
        alimento para mantener a más humanos y en productos   El trabajo, liderado por Gerardo Ceballos, investigador   entre animales y humanos, como sucedió con la covid, pero
        para hacerles la vida más agradable.              de la Universidad Nacional Autónoma de México, examinó   también está destruyendo recursos que pueden servir para
          Esa especie, cuyos ancestros tuvieron momentos críticos   34.600 especies de 5.400 géneros de vertebrados durante   mejorar la salud humana.
        en los que fueron poco más de mil individuos, supone ya el   los últimos 500 años a partir de bases de datos como la de   Uno  de  los  géneros  desaparecidos  es  el  de  las  ranas
        36% de todos los mamíferos que existen.           la Unión Internacional para la Conservación de la Natu-  incubadoras gástricas (Rheobatrachus), que vivían en los
          Otro 60% son animales como las vacas, criados para   raleza.                                      bosques tropicales de Queensland, en Australia.
        alimentar personas, y solo un 4% son animales salvajes.                                               Estos animales tenían un peculiar sistema reproductivo.
                                                                                                            Las hembras se tragaban los huevos fertilizados y conver-
                                                                                                            tían sus estómagos en úteros donde crecían los renacuajos.
                                                                                                              Como las ranas tenían que apagar la secreción de ácido
                                                                                                            en su estómago para proteger a sus crías, eran un intere-
                                                                                                            sante modelo de investigación para enfermedades como el
                                                                                                            reflujo gástrico y los cánceres asociados, pero ya no queda
                                                                                                            ninguna sobre la Tierra.
                                                                                                              Animales como estos, pese a su escaso número, pueden
                                                                                                            además desempeñar un papel importante en el manteni-
                                                                                                            miento de equilibrios ecológicos.
                                                                                                              Ceballos  afirma  que  sus  datos  son  una  llamada  a  la
                                                                                                            acción y que “si no actuamos en la escala necesaria, habrá
                                                                                                            un colapso de la civilización.
                                                                                                              El ser humano no se va a extinguir, pero se darán estas
                                                                                                            situaciones de las películas apocalípticas en las que solo
                                                                                                            sobreviven los más fuertes”, añade.
                                                                                                              En el pasado, después de cada gran extinción, que en
                                                                                                            ocasiones han llegado a aniquilar más del 70% de la vida
                                                                                                            en la Tierra, el árbol de la vida se reconstruyó con la lenta
                                                                                                            aparición de nuevas especies.
                                                                                                             “Pero fueron necesarios 15 o 20 millones de años y la
                                                                                                            humanidad no puede esperar tanto”, advierte Ceballos.
                                                                                                              Para evitar o mitigar el colapso, los autores demandan
                                                                                                            una inversión sin precedentes, con una especial atención
                                                                                                            a la conservación de los bosques tropicales, que son los
                                                                                                            lugares donde mayor biodiversidad se encuentra.
                                                                                                             “Esto tal vez costaría 400.000 millones de dólares, que
                                                                                                            es una cantidad importante, pero si seguimos como hasta
                                                                                                            ahora habrá un colapso mucho más generalizado de lo que
                                                                                                            estamos viendo”, alerta Ceballos.
                                                                                                              Pese al grado de comprensión del problema que estudios
                                                                                                            como el que hoy publica PNAS ofrecen sobre la dimensión
                                                                                                            del desafío ecológico al que se enfrenta la humanidad, la
                                                                                                            única especie inteligente conocida del universo está cada
        La población mundial de elefantes ha descendido de los 10 millones a principios del siglo XX a los 450.000 actuales   vez más cerca de asfixiarse con su propia eficiencia para
        NURPHOTO (NURPHOTO VIA GETTY IMAGES)                                                                sobrevivir y reproducirse. (El País, España)
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