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LAS MARAS RECLUTAN NIÑOS El amor materno lo asociaba con indiferencia, la hermandad
con violencia y la paternidad con fantasía. Así las cosas, la
promesa una familia me tentó a convertirme en marero hasta
CON UN DISFRAZ DE AFECTO: los 16 años.
Por fin iba a pasar de la idea a la acción. Ya había hablado
con uno de los jefes sobre la posibilidad de unirme a la pandi-
lla. Les gustaba mi carácter y el carisma que tenía, y hasta se
“MI PRIMER ABRAZO LO RECIBÍ ofrecieron a pagarme una carrera universitaria. Eso es algo
común en las maras.
Ellos tienen su gente para todo, incluso profesionales que
DE UN PANDILLERO” trabajan tras bambalinas para que las empresas de crimen
funcionen sin problemas.
Esa oferta me tentaba, sobre todo porque la novia que tenía
en ese momento había quedado embarazada y yo no tenía la
forma de sostener a mi futuro hijo. Unirme a la mara, en aquel
entonces, parecía una decisión lógica.
>> Un joven hondureño de 27 años que coqueteó con las maras cuando era niño y que ahora trabaja para El giro
Cuando ya estaba listo para sentenciar mi destino a la
que la infancia de su país tenga alternativas cuenta en primera persona su experiencia pandilla, una reunión me salvó la vida. Fue una charla del
instituto a la que asistí por curiosidad y en la que por primera
vez vi la opción de hacer algo distinto conmigo.
POR PAULA MEDINA Ahí nos hablaron de Jóvenes Contra la Violencia Honduras
(JCVH), una organización de voluntarios para hacer activida-
dras Suazo es uno de los miles de jóvenes hondureños perro blanco. des con gente de nuestra edad y hablar de lo que nos preocupa-
que ha sido víctima del coqueteo de las maras, estruc- En ese momento, dejaron de gustarme esos animales y Pablo ba. Fue el primer espacio en el que sentí que podía pertenecer
turas urbanas de crimen organizado que se aprove- y yo nos dimos cuenta de que no servía para ser un asesino. a algo fuera del ruido de las pandillas o las familias disfuncio-
Echan de la pobreza y de los hogares fracturados para Ahora sé que esa prueba no tuvo nada que ver con el afecto. nales, junto a otros chicos como yo. Un refugio solo de nosotros
reclutar a los menores entre sus filas, a cambio de una falsa Era un mero examen de oficios, que respondía a un modus y para nosotros.
ilusión de amor y protección que los niños nunca recibieron de operandi. Las pandillas probaban tus capacidades para clasi- Me lancé de cabeza como voluntario y le di mi negativa al
sus familias ni de las autoridades. ficarte. líder de la mara de la colonia. Después de todo, yo le había
A excepción del protagonista, todos los nombres de esta Después, te ofrecían la ilusión de pertenecer a algo y de tener dicho que iba a pensarlo, y en nombre del aprecio que sentía
historia han sido modificados para proteger a Edras Suazo, personas a tu lado. Ambas cosas se pagaban entre un mundo por mí, no tuvo problema en que me hiciera a un lado.
que ofrece su testimonio en primera persona, y a los cientos de de drogas, que podía derivar en la cárcel o en una tumba, como Conseguí pequeños trabajos temporales para ayudar con
la organización con la que trabaja, Jóvenes Contra la Violen- luego le pasó a él. el mantenimiento de mi hijo y, antes de que me diera cuenta,
cia, una organización juvenil que ayuda a los jóvenes a buscar Tras el desafío de matar, no vinieron más encargos así. Yo pasé de ser un posible marero a intentar de que esa no fuese
alternativas para su futuro en un país sin miedo: solo me acostumbré a ayudar en cosas simples desde pequeño. una opción para nadie más.
Aunque todas las historias son únicas, sé que la mía se Acciones que creía que no implicaban ningún riesgo como Me uní a todas las actividades de JCVH. Hacíamos murales
parece a la de miles de jóvenes en Honduras. Mi nombre es hacer mandados o guardar cosas sin hacer preguntas. con mensajes positivos en los mismos lugares en los que
Edras Suazo, y estuve a punto de convertirme en pandillero. Iba a la penitenciaria de Comayagua con mi mochila del habían asesinado a alguien, dialogábamos con las familias de
Para explicarlo, debo resumirles mi vida desde el principio. instituto cargada de marihuana, cocaína y piedras de crack las colonias, y manteníamos la mente ocupada en sueños.
Nací hace 27 años en Comayagua, una ciudad del centro del camufladas entre recipientes de comida para presos. No cues- En un par de años, yo ya coordinaba un buen número de
país, que, a escasos metros de las construcciones coloniales tionaba nada. voluntarios y mi capacidad para hablarles, influir en ellos
para los turistas, esconde la realidad de la gente de a pie. Mi obediencia infantil era un activo que los mareros se y compartir lo que hacíamos hizo que me apasionara por la
Solo hay que atravesar un puente desde el centro para estar ganaban con comida, cariño y propinas. Así funcionan las comunicación.
más cerca de la ciudad que a mí me tocó. cosas en muchas zonas de Honduras. De esa manera, sobrevi- Desde hace más de tres años, soy el director de comunica-
Una Comayagua de suelos de tierra, casas de madera y ven los niños a los que nadie ve. ciones de JCVH, aunque todavía estoy en proceso de sacar la
techos de aluminio, en la que crecí entre barrios y casas de Con lo que ganaba, ayudaba en la casa. Me sentía orgulloso carrera.
alquiler diferentes, junto a mi mamá y dos de mis cuatro cada vez que le llevaba 100 lempiras (4 dólares) a mi mamá Nunca imaginé que iría a la universidad, pero encontré una
hermanos. Todos éramos hijos de padres distintos. Yo, al mío, para comer. Eran los momentos en los que podía relacionarme familia que confío en mí y con quienes si pude vislumbrar un
jamás lo conocí. con ella. propósito.
Su ausencia y la falta de amor en mi casa me convirtieron en Si me preguntaba de dónde había sacado el dinero, le inven- A lo largo de diez años de trabajo, siento que la esperan-
un blanco fácil para las maras más importantes de Honduras. taba cualquier cosa. Yo fingía decir la verdad y ella fingía za para los jóvenes crece a partir de pequeños cambios. Ya
Esas, representadas con dos números, que tienen ojos y creérsela. tenemos 600 voluntarios en 32 comunidades de Honduras,
dominio en todas partes. Así pasaron los años, entre pequeños encargos a las maras, jóvenes que se oponen a la violencia, pero que también dialo-
“Los muchachos” me ofrecieron la protección y el afecto carencias en casa y discusiones con uno de mis hermanos. Él gan con ella para transformar las cosas. Hablamos con los
que necesitaba, mientras mi mamá me golpeaba ante la más me sacaba de mi cama y yo tenía que dormir en el suelo, mien- líderes de las maras para que nos dejen entrar a los barrios.
mínima de las provocaciones. Recuerdo que ella nunca me tras mi madre lo ignoraba todo. Ahí, vemos películas en medio de la calle con los adolescentes y
abrazó de niño. Mi primer abrazo lo recibí de un pandillero. Eso me llenó de rabia. Una furia que postré junto a la resig- hacemos pintadas por donde antes corrieron balas.
Pablo me dijo que yo era el hijo que él siempre quiso, y en mis nación de no tener padre, dos cosas que hicieron que me refu- Sabemos que muchos jefes de los grupos nos dejan entrar a
fantasías, yo lo convertí en el padre que anhelaba tener. Él era giara en el alcohol y en mis dos mejores amigos. sus colonias con la esperanza silenciosa de que otros jóvenes,
uno de los líderes de la mara que controlaba mi colonia. Ellos terminaron enfrentados porque se unieron a distintas o incluso sus hijos, no hagan parte de esas estructuras. El
Sus tatuajes, sus armas y el poder que ejercía sobre los maras y solo nos vimos una vez de forma secreta para despedir problema no es solo con ellos.
demás me producían un morbo que me hacía querer imitar- nuestra amistad. Entretanto, a mí los muchachos de la colonia Los jóvenes de Honduras son víctimas de todo un sistema
lo. A él todos lo obedecían, mientras que a mí ni siquiera me me seguían haciendo guiños para que diese el paso definitivo que los olvida y los deja sin opciones. Al final, las maras son
respetaban en mi casa. de unirme a su causa. una opción porque ofrecen aparentes espacios de protección
Uno de mis hermanos me maltrataba y el dueño de la casa Aunque la idea era tentadora, aún no estaba decidido. Sabía que no brindan la familia ni el Estado.
nos levantaba las tejas si nos atrasábamos con los pagos de que, si entraba a la mara en serio, jamás podría salir de ella. En JCVH ejercemos presión para que quienes toman
la renta. Una realidad muy distinta a la del mandamás de la Al menos, no vivo. las decisiones hagan algo. El año pasado, colaboramos con
colonia. Sin embargo, la idea comenzó a resonar más en mi cabeza varias organizaciones para impulsar y dar visibilidad a la ley
A mis 12 años, me decía a mí mismo que quería ser cómo él. cuando los mareros ofrecieron probar su lealtad ajusticiando a de desplazamiento en Honduras, de la mano de ACNUR, la
Estaba dispuesto a probarle mi lealtad a Pablo a cambio del quienes me habían lastimado. Fue tentador pensar en el fin de Agencia ONU para los Refugiados.
amor de familia que me ofrecía. quienes me habían menospreciado. Incluso en el del hermano La norma ya fue aprobada por el Gobierno y entró en vigor
Él examinó mi carácter midiendo mi capacidad para hacer que nunca me quiso. este año. Será un mecanismo para ayudar a quienes huyen de
daño. Me llevó a una colina y me hizo matar a un cachorro. No era difícil desprenderme de mi familia porque no había sus hogares a causa de la violencia que consume al país. La
Me acuerdo de que tuvo que ayudarme a apretar el gatillo. tal. Nunca celebramos las navidades, ni los cumpleaños. Lo misma que me quitó dos amigos inseparables, y que ha dejado
Recuerdo también la explosión de la cabeza de ese pequeño de vivir juntos solo parecía un accidente dictado por la sangre. a muchos a quienes quise en un féretro.