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AMÉRICA LATINA LIDERA LA AGENDA

AMBIENTAL EN UN MUNDO EN CRISIS

Los gobiernos de la región deben demostrar un liderazgo responsable que aborde de manera integral la
pérdida de biodiversidad, el cambio climático y asegure el desarrollo sostenible

ALEJANDRA LÓPEZ CARBAJAL Y MARÍA INÉS RIVADENEIRA

uy a menudo, cuando pensamos en el cambio
climático, en la pérdida de biodiversidad, o
la contaminación, estos grandes problemas
Mse nos antojan abstractos, etéreos e incluso
lejanos. Esto pasa en gran medida porque nosotras, como la
mayoría de quienes nos leen, vivimos en áreas urbanas con
poco contacto diario con la naturaleza.
No obstante, esta distancia física con nuestro entorno
natural no cambia el hecho de que la salud de la población
y de nuestras economías dependa directamente de la salud
de la naturaleza.
Todos los ecosistemas que nos rodean, los que observa-
mos a simple vista y los más distantes, nos proveen medios
de subsistencia, alimentos, agua, medicinas y una amplia
gama de beneficios, desde la polinización de las frutas y
hortalizas que consumimos día a día, hasta la regulación
de inundaciones.
De igual forma, un clima estable garantiza la seguridad
de los ciclos agrícolas y reduce los riesgos de huracanes y
sequías.
Esto lo estamos entendiendo en América Latina, por las
malas, con las “guerras del agua” que nos embisten en dife-
rentes latitudes, así como con señales alarmantes de que
ecosistemas vitales para el equilibrio planetario se están
acercando a un punto de no retorno ecológico.
Por ejemplo, de continuar el índice actual de deforesta-
ción, la Amazonia podría convertirse en desierto, afectando
a regiones como Los Andes, la Plata y los humedales en el
Pantanal; e incluso induciendo cambios en los patrones de
agua a nivel global, pérdidas irreparables de biodiversi-
dad y liberación de carbono, lo que exacerbaría el cambio
climático y pérdidas en los medios de vida de comunidades
locales y pueblos indígenas.
En el otro lado de la moneda, hay algo positivo de estas
interrelaciones. En nuestra región, presenciamos historias
sorprendentes de quienes se han convertido en jardineros
de corales en Colombia y creadores de guarderías bajo el
mar para recuperar estos ecosistemas en Brasil.
Los arrecifes de coral, seriamente afectados por el calen-
tamiento de los océanos, pueden a su vez cuidar la salud de
las personas proveyéndoles de alimento, protegiéndoles de
tormentas, promoviendo el turismo basado en naturaleza
y siendo fuente de componentes medicinales para combatir Un hombre riega una hortaliza en Brasil.IGOR ALECSANDER (GETTY IMAGES)
diversas enfermedades.
Este es el caso de la gran mayoría de nuestros ecosis- especies, particularmente endémicas. y el ejercicio de los derechos humanos;
temas naturales: son sumamente frágiles, están siendo Los gobiernos de América Latina y el Caribe deben, pues, • Tercero, aumentar la representación y recursos
afectados directamente por las actividades humanas con demostrar un liderazgo responsable, que aborde de manera para que pueblos indígenas y comunidades locales afro-
grandes riesgos hacia el futuro y la salud de estos ecosiste- integral la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y descendientes, campesinas, pesqueras, mujeres, jóvenes,
mas, que también es la nuestra, invita a una responsabili- asegure condiciones habilitantes para el desarrollo soste- niñas y niños y otros actores afectados desproporciona-
dad de cuidado conjunta. En 2024 y 2025, América Latina nible. damente por su vulnerabilidad o nivel de marginación,
tiene la oportunidad de liderar acciones contundentes a En este sentido, es indispensable avanzar en procesos actúen sobre el cambio climático y la biodiversidad a través
nivel global en estos temas. Dos países latinoamericanos conjuntos de planificación, implementación y financia- de enfoques holísticos;
serán epicentro de los esfuerzos de Naciones Unidas para miento, alrededor de las siguientes acciones: • Cuarto, apoyar las asociaciones público-privadas, junto
hacer frente a estas problemáticas: Colombia organizará la • Primero, garantizar que los procesos nacionales con las iniciativas no estatales, como catalizadores clave
Cumbre de Biodiversidad en octubre de este año (COP16), de planificación de políticas sobre clima y biodiversidad se para una acción integradora.
mientras que Brasil albergará la Cumbre de Cambio integren en el desarrollo de estrategias sectoriales; El futuro de Latinoamérica y del planeta depende de
Climático en noviembre de 2025 (COP30). • Segundo, priorizar y establecer estrategias finan- nuestra acción inmediata.
La región está bien posicionada para jugar un papel de cieras con participación de banca nacional de desarrollo, Es obligación de los tomadores de decisión y líderes regio-
líder y predicar con el ejemplo, pues aunque genera menos banca multilateral, sector privado y cooperación interna- nales seguir el ejemplo de proteger ecosistemas vitales
del 10% de las emisiones globales de los gases causantes cional de países desarrollados, con miras a implementar para asegurar la salud de las personas en los acuerdos de
del cambio climático, tiene uno de los más altos niveles de soluciones basadas en la naturaleza que puedan contribuir la COP16, y la futura COP30, y posicionar una voz latinoa-
biodiversidad del planeta, con una increíble riqueza de tanto a los objetivos climáticos como a los de biodiversidad mericana fuerte y sólida. (El País, España)