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Así es como la droga secuestra el cerebro para que
los adictos se olviden hasta de comer y beber
Un estudio con ratones muestra que gran parte de las neuronas que regulan la sed o el
hambre se disparan con el deseo que generan la cocaína o la morfina
POR DANIEL MEDIAVILLA
l consumo de algunas sustancias produce un efecto
tan intenso sobre los circuitos de recompensa del
cerebro que puede hacer olvidar el hambre o la sed.
E Esto se intuye observando a una persona que
sufre una adicción, pero esta semana, un equipo de cien-
tíficos de varias instituciones estadounidenses publica un
artículo en la revista Science en el que describe parte del
mecanismo que explica este comportamiento y plantea la
posibilidad de nuevas soluciones para los adictos.
Las drogas como la cocaína o la heroína enganchan
porque producen cambios en el cerebro, secuestrando los
sistemas que nos hacen desear el agua o la comida, básicos
para nuestra supervivencia.
Estas sustancias intensifican el deseo hacia ellas y lo
concentran, reduciendo el placer que se siente al recibir
otras recompensas que ayudan a llevar una vida sana.
Varios estudios anteriores han analizado estos mecanis-
mos, pero los autores del trabajo que se publicó el jueves
han querido combinar las últimas tecnologías en modelos
animales para comprender las bases biológicas de esta
capacidad de los estupefacientes para cambiar las priori-
dades de quienes los toman.
Para identificar el lugar del cerebro que se activa con
las drogas, utilizaron ratones a los que dieron cocaína y
morfina.
Después, les observaron con técnicas para medir la acti-
vidad de todo el cerebro y vieron que con ambas drogas
se incrementaba la actividad en el núcleo accumbens, un
grupo de neuronas relacionadas con actividades básicas
para la supervivencia como el deseo sexual o el hambre.
La cocaína impide que el organismo reabsorba la dopa-
mina y esto intensifica la activación de los circuitos de
recompensa.
La morfina se une a los receptores opioides, que también
pueden liberar dopamina en el núcleo accumbens.
En ambos casos, cuantas más veces se administraba la La adicción a la droga cambia las prioridades de las personas y hace ignorar placeres como la comida o el sexo. En la
droga, mayor era la actividad neuronal en esta región. imagen, consumidores de fentanilo en San Francisco (EE UU).ANADOLU (ANADOLU VIA GETTY IMAGES)
Utilizando técnicas como la optogenética, para activar
con luz las neuronas del núcleo acumbens para que reaccio- recompensas naturales”. vemos entre cocaína, morfina y comida nos llevaría a pensar
nasen como si el ratón hubiese recibido una droga, observa- “Esto ofrece vías tangibles hacia el desarrollo de nuevos que la adicción a la comida es posible”, señala Martín.
ron que perdían el apetito como sucedía con las sustancias tratamientos para la adicción”, concluye Nestler, director La adicción es posible, en parte, por la plasticidad del
adictivas. Con otras tecnologías para seguir la actividad del Instituto Friedman del Cerebro del hospital Monte cerebro, su capacidad para adaptarse a nuevas circunstan-
de neuronas individuales pudieron comprobar que, en la Sinaí, de Nueva York (EE UU). cias y reorganizar nuestras prioridades si es necesario.
mayoría de los casos, se solapaba cuando respondían ante No obstante, Nestler reconoce que el mismo solapamien- Estos cambios comienzan incrementando los niveles de
el placer de beber o comer y el de recibir estupefacientes. to muestra la dificultad de encontrar nuevas formas de dopamina de forma intensa en el núcleo accumbens, pero
Los científicos observaron que algunos circuitos se acti- tratar las adicciones, porque el objetivo de estos tratamien- acaban produciendo cambios más duraderos en la corteza
vaban con el consumo de grandes cantidades de comida y tos es contrarrestar el efecto de las drogas “sin afectar a la prefrontal, la parte del cerebro que determina la personali-
que esta activación incrementaba el consumo de alimentos, respuesta de la persona a las recompensas naturales”. dad y la capacidad de controlarse.
en un ejemplo de círculo vicioso. Elena Martín, investigadora de la Universidad Pompeu Hasta hace no mucho, se pensaba que los efectos más
Sin embargo, los investigadores vieron que este meca- Fabra de Barcelona, especialista en adicciones, considera graves de los cambios cerebrales provocados por las drogas
nismo del hambre estaba autolimitado en el campo de las que el estudio incide en cosas que se conocían, pero utiliza eran irreversibles, pero trabajos como el de la investigado-
recompensas naturales y no alcanzaba la amplificación del una gran cantidad de técnicas novedosas que permiten ra Nora Volkow han hecho cambiar esa perspectiva.
deseo que acompañaba al consumo de drogas. obtener un conocimiento mucho más preciso. Ahora, hay tratamientos como la terapia cognitiva
Eric Nestler, coautor del estudio, explica que identificar En su opinión, “estos resultados tienen importancia para conductual, que ofrece herramientas para recuperar el
las vías bioquímicas empleadas por las drogas para secues- la comprensión de otras adicciones, como la adicción a la control, se emplean para luchar contra la adicción a la
trar los circuitos de la recompensa permite saber que, comida”. comida o las drogas.
“basándose en estos estudios en ratones, la manipulación “Hay investigadores que ponen en duda que la comida El estudio de Nestler y sus colegas muestra las bases
de estas nuevas vías bloquea los efectos perjudiciales de pueda provocar adicción, porque es un reforzador natural, biológicas por las que ese tratamiento común puede tener
las drogas y repara, simultáneamente, las respuestas a las pero este solapamiento en la activación de neuronas que sentido. (El País, España)