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El rostro superficial del mal
POR. En el tribunal, Eichmann se tiene consecuencias reales. Pero
DOCTOR LUIS alzaba, símbolo de los horrores es en esta normalidad insidiosa
J. PINTO de los que la humanidad es capaz. donde radica la tragedia.
El mundo observó mientras sus Tomemos, por ejemplo, la
crímenes quedaban al descu- historia de un país sometido a un
dolf Eichmann fue un bierto, las atrocidades narradas régimen autoritario. En lugar
alto funcionario nazi con espeluznantes detalles. de levantarse contra la opre-
que orquestó durante Los fantasmas de sus víctimas sión, muchos ciudadanos eligen
Ala segunda guerra acechaban en el proceso, exigien- quedarse en silencio, justifican-
mundial la maquinaria de do justicia. do su inacción con la necesidad
muerte que desencadenó en el Se borraron las excusas de de mantener la estabilidad y
holocausto. "solo seguía órdenes" o afirma- preservar sus propios intereses.
Organizó las deportaciones y ciones de ignorancia. La respon- En su búsqueda por
la exterminación sistemática del sabilidad de Eichmann no podía una vida tranquila,
pueblo judío. ser absuelta.
Familias destrozadas, vidas El peso de sus crímenes descan- se convierten en
apagadas, mientras él, carente saba únicamente sobre sus cómplices de un
de remordimientos, llevaba hombros. El juicio de la historia sistema corrupto y
a cabo meticulosamente sus se cernía, proyectando su larga opresivo.
deberes. sombra sobre él.
Los anecdotarios lo descri- Al final Eichmann, despojado Esta normalización del mal se
ben como un hombre de esta- de sus ilusiones de poder, enfren- manifiesta en todas las esferas
tura promedio, delgado y una tó las consecuencias de sus accio- de la sociedad: en los líderes
apariencia bastante común. nes. que toman decisiones injustas
Tenía cabello castaño oscuro y El mundo, marcado por sus en nombre del "bien común", en
ojos azules. Su rostro solía llevar atrocidades, prometió no olvidar los funcionarios que abusan de
un aspecto serio y austero, con nunca. Adolf Eichmann, serviría su poder para obtener beneficios
una mandíbula pronunciada y siempre como sinónimo de las personales, e incluso en aquellos
pómulos prominentes. profundidades de la deprava- que, por miedo o indiferencia,
Durante su tiempo como oficial ción humana, un escalofriante eligen no cuestionar las injusti-
nazi, solía usar el uniforme y la recordatorio de los horrores que cias a su alrededor, o peor aún no
gorra característicos de las SS. pueden surgir cuando el mal no pueden actuar fuera del marco
En general, su se controla. ideológico que habitan y que les
apariencia física Los crímenes da de comer. ¿qué podemos
Entonces,
no destacaba perpetrados por hacer para romper este ciclo? La
particularmente, Eichmann y otros respuesta radica en la responsa-
lo que en cierto funcionarios nazis no bilidad individual y en nuestra
sentido le permitió era resultado de una capacidad de resistir la tenta-
ción de la normalización.
pasar desapercibido maldad extrema o Debemos recordar
y ocultar su una predisposición que el mal no
participación en los psicopática, se limita a los
crímenes atroces sino más bien monstruos, sino
cometidos durante el de una falta de que también se
Holocausto. pensamiento crítico encuentra en la
y responsabilidad
Su falta de empatía y capa- moral. propia vida. Y por
cidad de pensamiento crítico le ende el antídoto al
permitieron ejecutar órdenes sin El mal, en su forma más abomi- mal y a los traumas
cuestionar, su conciencia silen- nable, a menudo se nos presenta
ciada por la obediencia ciega a como algo monstruoso y ajeno a que los roces con
una ideología. nuestra propia naturaleza. Sin el mismo dejan, es
Eichmannn era embargo, la realidad es mucho el reconocimiento
un burócrata sin más sutil. de nuestra propia
El mal no siempre se manifies-
rostro. No era un ta en gestos grandiosos y teatra- maldad.
monstruo, ni una les, sino en las pequeñas accio- Es a través de la reflexión
figura demoníaca, ni nes cotidianas que perpetúan la profunda que podemos desafiar
siquiera imponente. injusticia y la crueldad. la normalización del mal y recor-
Es precisamente esta banali- darle al mundo su capacidad
En cambio, encarnaba fiel- dad, esta normalización del mal, inherente para el bien.
mente la principal característica la que nos ciega y nos permite Solo cuando nos enfrentamos
del mal, su banalidad y cotidia- justificar nuestras acciones o a nuestra propia complacencia
neidad. inacciones. y cuestionamos la "normalidad"
Su juicio y condena son un Nos convencemos a nosotros podremos cambiar el rumbo y
crudo recordatorio de que el mismos de que lo que estamos luchar contra la banalidad del
mal viste el perfil de hombres haciendo es "normal", que es mal.
comunes. parte de la rutina diaria y que no