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             LA CIENCIA DE LA MÚSICA ILUMINA LA CONEXIÓN


           CEREBRAL QUE SE PRODUCE EN LOS CONCIERTOS:


            “NUESTRAS NEURONAS BAILAN AL MISMO RITMO”



            Tres estudios científicos independientes analizan cómo el cerebro humano transforma las notas en emociones, un misterio que intriga a
                                                           psicólogos y musicólogos desde hace décadas


                                                                       POR ENRIQUE ALPAÑÉS
               iempre hay música. Los ritos en casi todas las religio-                                      emocional”. El público, en un concierto multitudinario, tiende
               nes se subrayan acústicamente con canciones y, con                                           a homogeneizar sus sentimientos y a comportarse casi como
               ellos, las etapas vitales de millones de personas, desde                                     un solo oyente.
        Ssu presentación en sociedad hasta su muerte.                                                         La tribu que bailaba al ritmo de ‘Jingle bells’
          Equipos deportivos y enteros países condensan su identidad                                          El siguiente estudio no tuvo lugar en un laboratorio suizo,
        en una canción, que convierten en su himno oficial. La música                                       sino en la selva boliviana. Allí llegó, después de días navegan-
        lo marca todo, de lo más colectivo a lo más íntimo. Los enamo-                                      do por el Amazonas, un grupo de científicos para preguntar por
        ramientos, con “nuestra canción”. Las separaciones, con un                                          ritmos, sonidos y musicalidad a la tribu de los Tsimane. Nori
        tema de despecho o de melancolía.                                                                   Jacoby, psicólogo del MIT, lideraba el experimento, que ha sido
          Las fiestas, eternamente ligadas al cante y el baile. Los                                         publicado en Nature. “Habría sido más cómodo hacerlo desde
        cumpleaños. Las Navidades. Hay discos que quedan asociados                                          el sofá”, reconoce con sorna, “pero no fue así. Hicimos pruebas
        a unas coordenadas emocionales y tienen el poder de llevarnos                                       in situ con más de 900 personas de 15 países”.
        a un momento, un lugar o una persona. La música es uno de                                             Muchas procedían de sociedades cuya música tradicional
        los elementos que más y mejor saben emocionar al ser humano.                                        contiene patrones rítmicos distintivos que no se encuentran en
        Lo que no se sabe muy bien es por qué.                                                              la música occidental. Y se hizo un esfuerzo extra para buscar
          Psicólogos y neurólogos llevan décadas intentando enten-                                          perfiles con poco acceso a internet para evitar que sus gustos
        der cómo percibe la música el cerebro, qué células y circuitos                                      musicales fueran demasiado homogéneos, explica Jacoby, que
        entran en juego. Si es un rasgo exclusivamente humano u                                             en la actualidad trabaja en Instituto Max Planck de Estética
        otros animales, como los pájaros o algunos perros, son igual-                                       Empírica de Fráncfort.
        mente musicales. Si existen algunos ritmos universales o por                                          La idea era exponer a estas personas a ciertos patrones
        qué la música en directo nos emociona más que la grabada.                                           musicales y pedirles que replicaran el ritmo con golpecitos de
        Este mismo mes, tres estudios independientes han intentado                                          sus dedos para ver hasta qué punto se equivocaban, imitando
        arrojar algo más de luz sobre el tema.                                                              ritmos estandarizados que habían escuchado anteriormen-
          Sascha Frühholz, profesor de la Unidad de Neurociencia de                                         te. “Era similar al juego del teléfono escacharrado”, señala el
        la universidad de Zurich, es el autor principal de uno de ellos.   La cantante Taylor Swift durante un concierto de su   experto. “A medida que avanzaba el juego, los participantes se
        Lleva años estudiando cómo se transmite la emoción a través   última gira en Melbourne, Australia JOEL CARRETT (EFE)  inclinaban cada vez más por representar lo que creían oír en
        del sonido, un tema que ha sido muy explorado, admite, pero                                         lugar de por lo que realmente estaban oyendo. Este proceso
        en el que encuentra ciertas lagunas.                                                                iterativo revelaba así las expectativas y las tendencias natu-
         “Apenas hay estudios que analicen la música en directo, y   una de las experiencias más intensas en la vida de un artista”,  rales que tiene cada oyente”.
        creo que es algo que todos sabemos a nivel personal, que en un   reflexiona. Este sentimiento de pertenencia, de formar parte   Se trata del primer estudio transcultural a gran escala
        concierto, sientes la música de forma más intensa”, explica en   de algo, sirve como amplificador emocional, magnificando los   sobre el ritmo musical. “Proporciona la prueba más clara
        conversación telefónica.                          efectos de la música en un público que reacciona al unísono   hasta la fecha de que existe cierto grado de universalidad en la
          Para demostrar científicamente esta intuición, Frühholz se   ante un mismo estímulo. Es algo que se aprecia en los concier-  percepción y la cognición musicales” señala el experto. Todos
        valió de 19 voluntarios como audiencia y dos pianistas. Los   tos o discotecas actuales, pero que funcionaba igual en los ritos   los grupos analizados mostraron sesgos hacia las proporcio-
        conciertos no fueron especialmente cómodos.       prehistóricos con música y baile frente al fuego. “Hay estudios   nes enteras simples. “Sabemos que el cerebro humano contie-
          El público (una sola persona por recital) no estaba sentado,  donde se ve como al público que está bailando en un club una   ne mecanismos que favorecen este tipo de ritmos constantes”,
        sino tumbado en una camilla, y esta se introducía en un   sesión de un DJ el ritmo del corazón se les sincroniza de alguna   dice Jacoby. Eso explicaría la universalidad de la proporción
        enorme escáner de resonancia magnética para leer cómo reac-  forma”, señala Corbacho. “Es como si nuestras neuronas baila-  1:1:2 que escuchamos, por ejemplo, en el villancico anglosa-
        cionaba su cerebro a la música. “Sí, fue bastante raro”, confiesa   ran al mismo ritmo”.            jón Jingle bells, pero también en canciones tradicionales en
        entre risas el experto.                             Esta comunión musical explica en parte cómo en los últimos   casi todas las culturas, incluso las más aisladas. “Evidente-
          En ocasiones se ponía una canción grabada. En otras, el   años, cuando la música grabada se puede reproducir a una   mente, estas preferencias pueden provenir de una tendencia
        músico arrancaba a tocar un tema y podía ver en directo el   calidad mucho mayor que en el pasado, los conciertos y festiva-  natural a tener pulsaciones constantes o isócronas”, concluye
        escáner cerebral de su oyente. “Le pedimos al pianista que   les hayan ido ganando importancia hasta convertirse en uno   el experto.
        intentara cambiar la forma de tocar para adaptarse a la activi-  de los pilares de la industria musical. En 2017, los ingresos de   De la música tribal a la electrónica. El último estudio a
        dad cerebral”, explica Frühholz.                  la música en vivo en el mundo ascendieron a 18.100 millones   reseñar analizó cómo este género puede hacer que los oyentes
         “Una de las cosas que hace que la música en directo tenga   de dólares, según el portal Statista.   disocien y alteren sus estados de conciencia. Ha sido liderado
        un efecto más fuerte es la capacidad de cambiar algo en la   En 2023, han superado los 30.100 millones. Las cifras no   por Raquel Aparicio Terrés, psicóloga de la Universidad de
        actuación, y si el cambio sucede en la audiencia en la misma   parecen sorprender a Frühholz. “Si lo piensas, la música nació   Barcelona. Para llevarlo a cabo, reclutó a 19 personas, de
        dirección, con la misma intensidad, pensamos que hay una   para ser escuchada en directo, solo en los últimos cientos de   entre 18 y 22 años, y les hizo escuchar seis extractos de música
        sincronía”. La sincronía es una especie de empatía musical,  años, gracias a la tecnología, hemos empezado a escuchar   electrónica a tempos de 99 latidos por minuto o bpm, 135 bpm
        una comunión entre músico y oyente que no se produce con la   música grabada”, argumenta.           y 171 bpm. Los investigadores utilizaron la electroencefalo-
        música grabada. El estudio confirmó esta idea, y la actividad   El estudio de Frühholz viene a apuntalar estas ideas, pero el   grafía, que mide la actividad eléctrica del cerebro, para medir
        cerebral que se registró escuchando canciones grabadas fue   experto reconoce ciertas limitaciones, como la falta de contagio   la sincronización neuronal de los participantes con la música.
        considerablemente menos que con el directo.       emocional, al haber solo un oyente, y la mayor capacidad que   La sincronización entre la actividad cerebral y el ritmo de
          La conexión con el público                      tenía el pianista para adaptarse a su público, no solo por ser   la música se produjo en los tres tempos, pero fue más pronun-
         “Los artistas suelen buscar esa conexión con el público”,  reducido, sino por poder leerle, casi de forma literal, la mente.  ciada con los 99 bpm, un ritmo que escucharon en esta canción
        explica en un intercambio de audios la psicóloga Rosana Corba-  Es difícil pensar que en un concierto de Taylor Swift, que reúne   (y que es similar al de éxitos comerciales como Hello Goodbye
        cho, que lleva varios años especializada en tratar a músicos y   de media a 70.000 oyentes, la artista se pueda amoldar a los   de The Beatles o Crazy in Love de Beyoncè). Aparicio Terrés
        otros profesionales del sector. “Hay que saber surfear esas olas   sentimientos todos y cada uno de ellos.   explica en el estudio que los resultados pueden tener dos
        emocionales para poder estar presente y abiertos a la conexión   “Es cierto”, reconoce el experto, “pero en cantantes pop como   implicaciones médicas. Por una parte, la comprensión de los
        con el público. El estar sintiendo las mismas emociones o estar   ella la conexión es más fácil porque el público conoce el texto   mecanismos cerebrales que subyacen a los estados alterados
        provocando ciertas emociones en un concierto es descrito como   de las canciones. Y además debes tener en cuenta el contagio   de conciencia, como el coma o el estado vegetativo.
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