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Bruce Hood, psicólogo: “La felicidad
focalizada en uno mismo tiene poco recorrido”
En su nueva obra ‘La ciencia de la felicidad’, el experto recopila decenas de investigaciones sobre qué
contribuye a mejorar el bienestar psicoemocional de forma duradera
POR RODRIGO SANTODOMINGO
ubo un tiempo en que Bruce Hood observaba con No vale con captar el mensaje y pretender que cale para
escepticismo todo lo que rodea a la psicología siempre en nuestra mente: hay que aplicar las enseñanzas
positiva. Se le antojaba una esfera de ingenuidad día a día.
Hy lugares comunes, con sus recetas universales y Existen, claro, verdades que contribuyen a entender por
sus autopistas directas hacia la felicidad. qué nos agarra el estrés, nos taladran pensamientos intru-
Entremezclados en una bruma de olor dulzón, por allí sivos o nos sumimos en la zozobra.
pululaban sonrisas beatíficas, espiritualidad para tiempos Una de ellas, básica, es que “el cerebro está optimizado
modernos, bestsellers definitivos y, en ocasiones, un cierto para buscar información negativa, para detectar proble-
sustrato científico. mas a resolver en lugar de disfrutar de las cosas cuando
A Hood le parecía todo demasiado vago, como una botica todo va bien”.
que oferta sugerentes bálsamos poco eficaces en el largo El llamado sesgo de negatividad posee una razón evoluti-
plazo. va de peso: “Las amenazas, reales o imaginadas, adquieren
Algo cambió en 2018, cuando este psicólogo del desarrollo más valor. Infinidad de estudios demuestran que prestamos
británico-canadiense —ya entonces famoso por sus análi- más atención a lo que juzgamos como negativo”.
sis sobre la noción del yo o las creencias supersticiosas— se En su nueva obra, Hood se refiere a la ansiedad (miedo en
enteró de que una ex-alumna suya, Laurie Santos, impartía ausencia de peligro acuciante) como una “resaca de nues-
el curso Psicología y buena vida en la Universidad de Yale tros tiempos en la sabana”.
(EE UU). Sin leones acechando, nuestras neuronas siguen siendo
“Es muy rigurosa, supe que no estaría promoviendo algo expertas en generar preocupación.
que no tuviera buena ciencia detrás”, cuenta por videocon- Saber que solo están haciendo su trabajo (si bien median-
ferencia. te mecanismos frecuentemente disfuncionales), y que la
Por aquellas fechas, Hood había empezado a detectar respuesta lucha o huye —con sus desagradables sensa-
niveles alarmantes de desasosiego entre sus alumnos de la ciones físicas— se activa por razones peregrinas, ayuda a
Universidad de Bristol (Reino Unido). mantener la serenidad en momentos de turbulencia psicoe-
La angustia campaba por sus fueros, nutrida de exigen- Bruce Hood fotografiado en el jardín de su casa en Bristol mocional.
cias rampantes, azuzada por el escaparate digital y su (Reino Unido).KIM JACOBSON Conscientes de que nuestra cabeza está diseñada para
presión de posturear alegría 24/7. Hood quiso dar una opor- fabricar tormentos innecesarios, hemos de esmerarnos
tunidad al bienestar con base empírica. en centrar la atención en otras cosas que merezcan más la
Creó un programa similar al de Santos, que bautizó La nuestra confusión”, prosigue Hood, “y esa percepción de pena. Rumiar menos no siempre es tarea fácil, pero resulta
ciencia de la felicidad. Su nuevo libro homónimo, publicado continuidad, de que siempre seremos esencialmente la clave si aspiramos a ir cristalizando un bienestar sólido.
en España por Planetadelibros, recoge seis años de viven- misma persona, nos hace creer que tomamos decisiones Para lograrlo, La ciencia de la felicidad despliega un
cias, investigaciones propias y decenas de estudios sobre con independencia”. amplio surtido de recomendaciones: meditar, zambullir-
hábitos y actitudes que, con datos en la mano, sabemos que El ego (yo en latín) parece real, se siente muy cierto. Su nos en nuestras aficiones, admirar la naturaleza, probar el
funcionan para sentirnos mejor de forma duradera. experiencia, admite Hood, resulta innegable. distanciamiento psicológico... Recursos, explica Hood, sufi-
Un eje articula la obra: vivir más felices pasa por limar el Pero es, en el fondo, una falacia, un sutil engaño: “Hay cientemente contrastados en estudios solventes.
egocentrismo, esa poderosa tentación que atraviesa épocas muchos factores, la mayoría de hecho, que escapan a Buena parte del libro aborda el componente relacional de
y países. nuestro control, tanto cuestiones externas como dinámicas una alegría más o menos estable.
Con su apuesta por el alocentrismo, Hood anima a ir internas inconscientes”. Hood recuerda que la soledad aparece consistentemente
retirando la mirada de nuestro ombligo para posarla en los ¿Contribuyen estas reflexiones cuasi ontológicas a como el factor que más reduce la esperanza de vida, y que
demás. nuestra dicha? Hood está convencido de que sí. la “muerte social” encabeza la lista de temores humanos.
Su libro invita a adoptar un prisma expansivo y contra- “Si quieres ser más feliz, has de darte la oportunidad de “Nuestro objetivo prioritario es no ser excluidos, ya que
corriente. “En los últimos años, se nos repite que, para ser verte como un producto de tu interacción con el mundo y no evolutivamente hemos necesitado pertenecer a un grupo
felices, tenemos que autocuidarnos, ponernos la máscara de como una isla aislada”, se lee en el libro. para sobrevivir”.
oxígeno antes de ayudar a otros”. Concebirnos como una realidad en construcción, argu- Aunque no es del todo imposible convertirse en una
Perderse un poco de vista, sostiene, no implica abrazar menta el autor, libera enormemente. Permite fluir más persona solitaria y feliz, aquel que lo consiga será la excep-
un altruismo extremo en el que nuestras necesidades no suelto y mirarnos con mayor distancia. ción que confirme la regla.
pinten nada. Más bien, se trata de esquivar un bucle de Ayuda a soltar amarras para navegar por la vida sin Al relacionarnos, conviene tener claro que validarse por
ensimismamiento por decreto: “La felicidad focalizada en condenas deterministas, siempre abierto al cambio. sistema respecto a otros propicia una fuente inagotable de
uno mismo tiene poco recorrido, limita mucho ser al mismo Con el ego en proceso de demolición y nuestros ojos en tristeza y abre una pasarela segura a sentirse desgraciado.
tiempo origen y destinatario de nuestras acciones”. modo alocéntrico, todo resulta más suave, menos severo. De pequeños, somos nuestra única referencia.
Arrinconar el egocentrismo va más allá de volcarnos “Nos volvemos más compasivos con nosotros mismos y Pero en cuanto tomamos conciencia como seres sociales,
hacia fuera. También requiere cuestionar lo que creemos con el resto, es algo automático. Si te empiezas a ver de empezamos a puntuarnos en un mercado que va crecien-
ser, lo que pensamos que nos define. forma más despegada, compruebas que el dolor emocional do hasta abarcar (vida online mediante) a la humanidad
En su obra The self illusion (La ilusión del yo, no traduci- que todos sufrimos se origina en un conjunto de causas de entera. Hablamos, una vez más, de un terreno fértil para
da al español), que vio la luz en 2012, Hood ya había desmon- las que, en gran medida, no somos responsables”. ombliguistas recalcitrantes: “Cuando predomina una
tado la permanencia de algo inherente a cada ser humano. También disminuye el pesimismo, un patrón mental que visión egocéntrica del mundo, hacemos un sinfín de compa-
La ciencia de la felicidad abunda en el yo como espejismo. suele enraizar entre los egocéntricos, los cuales tienden a raciones erróneas.
“No es nada nuevo, el budismo plantea lo mismo desde “extrapolar eventos negativos —si algo malo ha pasado una Y siempre va a haber alguien mejor que tú en cualquier
hace milenios; me he limitado a dar a esta idea una visión vez, pasará más veces— y a culparse continuamente”. aspecto”. La gratitud se revela como excelente antídoto
científica”. Hood sostiene que el optimismo, como cualquier hábito contra la envidia y el autoflagelo. Por un motivo obvio:
El yo como “relato coherente ayuda a dar sentido a cognitivo beneficioso, necesita de un aprendizaje continuo. “Enseña a sentirse afortunado”.