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                                                                                                              La literatura infantil no es fácil, aunque lo parece. Puede
                                                                                                            uno imaginarse al autor Luis Reyes contándole los cuentos
                                                                                                            a su hijo o a un nieto (por cierto, este libro está dedicado a su
                                                                                                            primer nieto Aarón).
                                                                                                              Y allí también nos reflejamos los padres que nos gusta
                                                                                                            contarles o leerles historias a nuestros hijos. Porque es
                                                                                                            desde esa primera edad en donde se fomenta el hábito de
                                                                                                            la lectura, que les hará la diferencia en su futura vida estu-
                                                                                                            diantil y profesional.
                                                                                                              No dudo que este libro, Pateplumita, es propicio para
                                                                                                            estudiarlo en las escuelas, entra en la lista de la lectura no
                                                                                                            obligatoria (me refiero a unos libros que a veces obligan a
                                                                                                            leer a los estudiantes solo para que el profesor-escritor haga
                                                                                                            dinero, sin talento literario, pero con astucia de mercachi-
                                                                                                            fles, de allí que terminen aborreciendo la literatura).
                                                                                                              No es el caso de Pateplumita, él se deja leer por sí solo, se
                                                                                                            desliza como el trencito del que les hablé anteriormente… Y
                                                                                                            para muestra, un fragmentito:
                                                                                                            EL ARCO IRIS ENGREIDO
                                                                                                              El sol y la lluvia se pusieron de acuerdo ese día, para
                                                                                                            crear en el cielo dos surcos de colores en la frente del cielo.
                                                                                                              Uno de ellos apareció primero. Los ojos del universo se
                                                                                                            maravillaron al ver su belleza.
                                                                                                              Después apareció el segundo y este apresuradamente
                                                                                                            aprovechó  para  hacer  comentarios  arrogantes  sobre  sí
                                                                                                            mismo, con la mala intensión de opacar a los demás.
                                                                                                              Pero ese día Pateplumita paseaba por allí y lo escuchó
                                                                                                            exhibirse. Luego preguntó cuál era el camino para acercar-
                                                                                                            se a él. Un colibrí le confió que debía ir a la poza "La sirena"
                                                                                                            donde el arco iris tomaba agua.
                                                                                                              Fue al lugar y subió por la pequeña escalera dentro de la
                                                                                                            garganta del arco iris engreído hasta llegar a lo más alto. Se
                                                                                                            acomodó en la parábola y platicó con él.
                                                                                                             —Sé que vienes de muy lejos a admirarme—aseguró el
         Los escritores Luis Reyes (autor de Pateplumita) y Roberto Quesada (Big Banana), en Cantarranas, FM, Honduras,   arco iris engreído.
                                                                                                             — ¿Por qué habría de hacer eso? —preguntó atento el
         noviembre 2023.                                                                                    niño mágico.
         PATEPLUMITA: UN NIÑO MÁGICO                                                                        nubes? —dijo sin verlo.
                                                                                                             — ¿Acaso no has notado que me sitúo sobre las propias
                                                                                                             —Pero las estrellas están más allá donde casi no alcanza
                                                                                                            la vista —señaló nuestro amigo.
                                                                                                             —Eso no importa. Yo tengo un excelente panorama y no
                                                          POR.                                              logro ver tan siquiera una
                                                    ROBERTO                                                  —expresó el vanidoso.
                                                    QUESADA                                                  —Pero arriba de ti, hay otro arco iris más luminoso e
                                                                                                            imponente que tú —le dijo el
                                                                                                              pequeño.
               sí como cuando visito países, ciudades, pueblos,   ¿Quién es el autor? Luis Enrique Reyes Ayala, nació en   —Sí, alcanzo a ver algo. ¡Jum! es una torpe imitación de
               trato  siempre  de  encontrar  el  lado  positivo  de   San Nicolás, Santa Bárbara, Honduras, C.A., Licenciado   mi estilo —contesto el altanero.
               cada uno, lo mismo si voy a un congreso, encuen-  en  Literatura  por  la  Universidad  Pedagógica  Nacional   —Tú no ves más allá de tu nariz — reprochó el niño.
        Atro, reunión literaria o política, etc., casi siempre  "Francisco Morazán". Docente, gestor literario, director y   —Pero no te distraigas, siervo mío, y asómbrate con mi
        se puede encontrar algo bueno.                    actor de teatro en las instituciones educativas donde ha   vestido de colores. ¿No es único acaso? — dijo mientras
          Y ese es el consejo que he dado a mis hijos, tal como en mi   laborado.                           batía las franjas como las alas de un pavo real.
        libro Nunca entres por Miami, citando al escritor estadou-  Sus libros: La cometa y otros cuentos (dos ediciones: 2000   —Pero, debajo de ti también hay cosas iguales o mejores
        nidense O. Henry sobre las ciudades:              y 2010), Diamantes y otros relatos: (2003). El Señor de las   que tú. ¡Mira! —señaló Pateplumita.
         “... una ciudad no era sólo un montón de ladrillos y arga-  aguas: (2010), Calirroe la hija del río: (2016), Pateplumita   —¡Oh, no! lo que veo es que eres un niño insolente y
        masa poblado por determinado número de habitantes, era   (2018).                                    mezquino que no quiere reconocer mis atributos. Obsér-
        algo con un alma característica y definida, un aglomerado   ¿Quién es Pateplumita? Nadie mejor para que lo presen-  vame, soy luz y eso no puedes ocultarlo con tu disimulo —
        individual de vida, con su propia y peculiar esencia, con su   te que la colega escritora, especialista en literatura, Helen   reclamó el arco iris ya irritado.
        aroma                                             Umaña, del prólogo con el cual coincido plenamente:   —  Espera  un  momento  —expresó  Pateplumita—  tu
          y sentimientos…”                                 “Queridos niños y niñas:                         vestido de luz, al igual que tu altura pueden derrumbarse
          Durante la semana El Tercer Encuentro Centroamerica-  Pateplumita vive en el país del optimismo, de los sueños   y eso ya no depende de ti. Si el sol decide dormir, si la lloviz-
        no de Artistas y Escritores Morazanistas, que se realizó en   y de la imaginación. Sabe disfrutar de la belleza que le   na cae, si una nube se entromete, dejarías de existir — le
        Honduras hace unos meses, tuve buenos encuentros, claro,  rodea. Por ello siembra árboles en la ribera de los ríos para   advirtió—. Creo que tampoco te harás responsable de tus
        también desencuentros, que nunca faltan.          que el agua nunca falte.                          propias palabras.
          No podemos negar que en el mundo de la literatura y el   A Pateplumita le interesan los problemas de sus amigos.   En ese momento, una nube fastidiada por tanta arrogan-
        arte los egos y las envidias flotan más que las nubes, nunca  Al escucharlos, hace lo que tiene que hacer y les tiende la   cia se interpuso apagando al sol y el arco iris engreído se
        faltará quien o quienes provoquen a las figuras más desta-  mano para que los solventen. De sus aventuras habla un   disolvió al instante.
        cadas con la intención de crear polémica y colgarse en su   libro que se llama como su nombre: Pateplumita”.   Washington DC 16 enero 2024.
        renombre.                                           Escrito con hermosa sencillez, Pateplumita es un niño   -------
          Enfoquémonos en lo bueno, dentro de las novedades lite-  que habla con voz infantil y desata la imaginación de la   Roberto Quesada: Escritor hondureño, autor de libros
        rarias de compatriotas, encontré varias obras que despier-  niñez. Las palabras van bien conectadas una siguiendo a   internacionales  como  Big  Banana,  Nunca  entres  por
        tan mi interés, que poco a poco iré reseñando, comienzo hoy   otra como un niño o niña que arma un trencito para jugar.   Miami, Los barcos, entre otros. Premio Nacional de Litera-
        con el libro: Pateplumita (Cuentos de un niño mágico), del   Y así jugando nos transporta a sus historias mágicas, que   tura “Ramón Rosa” Honduras 2023. Actual embajador de
        autor santabarbarense Luis Reyes.                 deleitan, nunca aburren; que fluyen nunca están forzadas;   Honduras ante la OEA.
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