Page 42 - El imaginario de la razón (LIBRO FISICO-CALAMEO)
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Raúl Voltavayeros
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Cuando el Estado asegure los derechos que res-
guardan la integridad de todos los hombres y muje-
res, recién entonces estaremos obligados a respetar
las leyes. Mientras esto no acontezca, no hay argu-
mento válido para la obediencia civil.
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Resulta tan fácil alcanzar el perdón en la religión
católica que encuentro innecesario que sigan re-
firiéndose a las atrocidades del infierno, a los casti-
gos de la carne, al pecado… Cualquiera con tres
dedos de frente pensaría que hay algo de secreta
satisfacción por parte de los curas en hundir la len-
gua en el cauce oscuro de aquellas aguas.
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Ser sociable no os hace ser social, excelencia. Esto
lo sabe hasta el más vulgar de los fulanos.
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El flanco débil de un poderoso es no reconocerle
más mérito que su poder.
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Si pudiéramos ver con qué indiferencia nos obser-
va Dios desde su trono, no dudaríamos en agarrar a
pedradas el Paraíso.
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