Page 44 - El Camino de la Felicidad
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El Camino de la Felicidad
reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada
día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a
todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal" (Lucas 11:1-4).
Jesús no pretendía que los discípulos repitieran esa oración siempre que se pusieran a orar.
Se trataba de una oración guía, es decir, de un modelo para expresar correctamente sus
propias oraciones. Así, nuestras oraciones deben tener por lo menos estos ingredientes:
• Adoración y alabanza. Así reconocemos lo que Dios es y su autoridad sobre
nosotros. Él es santo y sublime, y es también nuestro Padre.
• Intercesión. Es la oración que hacemos por los demás, por la obra de Dios, por el
mundo, por nuestro país, por nuestros familiares y amigos. Debemos interceder para
que la voluntad de Dios se cumpla en toda la creación.
• Petición. Es la oración que hacemos por nosotros mismos, por nuestras necesidades
personales, económicas, reconociendo así que Dios es la fuente de todo bien.
• Confesión. Al pedir perdón de nuestros pecados nos acogemos a su gracia y
misericordia, recordando que debemos perdonar a los demás si queremos ser
perdonados.
Ora en el nombre de Jesús. "De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre
en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y
recibiréis, para que vuestro gozo se cumplido" (Juan 16:23-24). Termina siempre tus
oraciones con expresiones como éstas: "En el nombre de Jesús. Amén", "En el nombre de
Jesús, tu Hijo amado. Amén". Si quieres que Dios escuche tu oración, hazla siempre en el
nombre de Jesús.
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