Page 6 - Folleto_Historia del Paraguay
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Las relaciones con el exterior se limitaban al comercio de la yerba
mate, en manos de los jesuitas, y a los blancos o mestizos les estaba
prohibido residir en ellas. La lucha contra los bandeirantes obligó a las
misiones a organizar sus propias milicias, a las que se concedió desde 1649
el uso de armas de fuego.
Los colonos españoles y criollos mantuvieron una cerrada oposición
a este sistema, que les impedía llevar a cabo los repartimientos de indios y
explotar una parte importante del suelo paraguayo; el conflicto
entre encomenderos y doctrineros fue resuelto a favor de éstos por la
monarquía española, que declaró a los guaraníes vasallos inmediatos de la
corona y garantizó a los jesuitas un régimen autónomo.
El descontento de la oligarquía criolla ante los privilegios de los
jesuitas cristalizó en el movimiento de los comuneros, rebelión del Cabildo
de Asunción contra la autoridad de los gobernadores reales. La expulsión de
los jesuitas del imperio español en 1767 señaló la rápida decadencia de las
misiones, por el régimen paternalista que había imperado en ellas. Al crearse
en 1777 el virreinato del Río de la Plata, la gobernación del Paraguay pasó
a formar parte de esta demarcación.