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¡Sucedió un 13 de junio!


                      Era 13 de junio del 2019 y me encontraba en el desfile que se realiza año tras año por el
                  aniversario de Tartagal dicen unos, en honor a nuestro santo patrono San Antonio dicen
                  otros, al fin y al cabo, hay que desfilar.

                       Ese  año  a  nuestro  colegio  le  tocó  uno  de  los  últimos  números  para  realizar  el
                  desplazamiento,  ya  eran  las  13:00  horas  cuando  pudimos  desfilar,  con  mucha  gente
                  nuestros costados mirándonos, aplaudiendo y demás, como son ocasionalmente son los
                  13 de junio o se podría decir cómo eran.

                       Este 13 de junio (del año 2019) era particular, porque me tocó participar de una instancia
                  clasificatoria de las olimpiadas matemáticas "Ñandú" que se llevaron a cabo en el colegio
                  San Martín.

                       El certamen empezó a las 14:00 horas éramos muy pocos participantes, unos ocho, el
                  hecho de que no haya ninguna persona más que nosotros y tres directivos del San Martín,
                  y que aparte de eso estén todas las aulas vacías y algo oscuras, era un tanto estremecedor.

                      Empezó la prueba y había mucho silencio, nadie hablaba, al parecer habían olvidado
                  cómo hacerlo, ni una sola pregunta salió de la boca de los chicos, todos estaban bastante
                  concentrados.
                      En medio de la prueba pedí permiso para ir al baño, ya que no había ido en todo el día.
                  Cuando regresaba del baño vi una sombra que rápidamente atravesó el patio, fue muy
                  espantoso para mí porque nunca había vivido una situación similar, así que volví rápido y
                  bastante impactada al aula a seguir resolviendo la prueba, concentrarme en mi objetivo y
                  tratar de olvidarme de lo que había visto sin decirle nada a nadie.

                     Ya en mi casa Les conté a mis padres lo sucedido, pero ellos minimizaron los hechos y
                  me dijeron que solo había sido mi imaginación debido al estrés y los nervios del momento.

                     Hasta el día de hoy me sigo preguntando si mis padres tenían la razón no si realmente lo
                  que vi era real.
















                                                       ABIGAIL NINA

                                                           1° “A”
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