Page 11 - PURPLE MUSIC Nº 2- DICIEMBRE 2020 - LOVE SYMBOL
P. 11
Después del más que interesante Diamonds and Tribune le daba 3 estrellas y media sobre cuatro,
Pearls de 1991, el nuevo disco de Prince parecía diciendo que “lo que es electrizante es cómo copia,
atinar mucho más con los tiempos y las corrientes pega y une los teclados de Funkadelic, baladas
comerciales del momento, bebiendo claramente propias de un crooner, secuencias reggae, solos de
tanto de los sonidos de la música hip hop como guitarra llameantes, potentes líneas de bajo a lo
de su espíritu, reflejado esto último en una cierta Godzilla junto con una sección de vientos que se
estética que parecía evolucionar hacia una especie contonea sin parar, acentos orientales y coros de
de gamberrismo canalla y chuloputas, aunque góspel, y todo ello en un cuerpo musical implacable
manteniendo al mismo tiempo un estilo elegante y y deslumbrante”.
cool. Todo esto se conjugaba con la continuación de
la New Power Generation como la banda estable de Por otro lado, la revista Rolling Stone, el 26 de
Prince, cuyos excelentes músicos dotaron al disco noviembre de 1992, afirma que “su nombre es
de un sonido potente y preciso que despliega sin Prince, y es funky, más funky de hecho de lo que
contemplación alguna todo un arsenal instrumental ha sido en mucho tiempo”, y que “a través de las
de alto voltaje, que se combina con los scratches de primeras seis canciones Prince y la NPG ofrecen
DJ Graves y algunas rítmicas propias del hip hop. un equilibrio entre el ritmo y el virtuosismo
instrumental que en sus mejores momentos
En este sentido, el disco tuvo pegada en la escena recuerda a los días de James Brown y los JBs”. Sin
musical mundial, disparado por temas como embargo, también se pone de manifiesto que el
“My Name is Prince”, “Sexy MF” y “7”. Aunque disco descarrila hacia el final debido a la ambición
quedaba claro que el Prince más revolucionario e de Prince, “transformando lo que podría haber sido
innovador parecía haber quedado atrás, al menos puro divertimento en confusión”, ya que “Prince,
momentáneamente, buena parte de la crítica que parece convencido de que es tan buen moralista
consideró que se trataba de un buen trabajo, como músico, dedica las últimas siete canciones
aunque no rompiera moldes como antaño. Así, del disco a luchar contra el sexo, el estrellato, el
por ejemplo, el 15 de octubre de 1992 el Chicago sacrificio y la salvación”.
11