Page 37 - PURPLE MUSIC Nº 1 - JUNIO 2020 - ESPECIAL LOVESEXY

Lovesexy, LOVESEXY IS
THE ONE
ese sentimiento Lovesexy, el disco, es una oda al amor en
todas sus acepciones: como los griegos,
llamado amor Prince canta al agapē, el amor más puro y
trascendental; al eros, el amor más físico
y libidinoso, y también a la filia, a aquello
que le hace sentirse feliz. Lovesexy es Amor.
Amor es Lovesexy.
Ya desde su portada intuimos esa idea de
pureza, sexualidad y espiritualidad que
engloban tanto la palabra amor como el
concepto lovesexy. El artista francés Jean- se resolverán. En “Positivity”, el último corte
Baptiste Mondino, autor de la fotografía,
identificó y reflejó la conjugación de
sensualidad, trascendencia y amor que
emana de las letras de las canciones de
Prince y del propio Prince. Catalogada como
“kitsch” la icónica cubierta de Lovesexy refleja,
como si de un cuadro clásico se tratara, el
concepto del amor desde su lado más puro
y sagrado, mostrando a un desnudo y sereno
Prince que reposa delicadamente sobre un
trono de flores, como si fuera una Afrodita
(diosa griega del amor) emergiendo virginal
de entre la espuma del mar. La desnudez de
Prince, y la presencia de un pistilo en forma
de falo, nos recuerdan, sin embargo, que
el amor también es erotismo y sexualidad;
Prince también es Eros, hijo de Afrodita y dios
griego del amor erótico y del sexo. Prince es
Afrodita y Eros. Prince es amor y sexo. Prince
es lovesexy.
NO THERE IS
A HELL
Cuentan las malas lenguas que en 1987
Prince sufrió un mal viaje de éxtasis que le
hizo comprender que estaba yendo por el
mal camino. Otras menos perversas aseguran
que la fama y los diversos problemas
personales y profesionales le habían sumido
en una profunda depresión. Sea cual fuera
el motivo, Prince descendió a los infiernos,
como Orfeo, dios griego de la música que
descendió al averno en busca de su amor,
Eurídice. Durante el invierno del 87 Prince se
enfrentó a su lado más oscuro, tocó fondo y
dejó de amar lo que más quería, su Eurídice
personal, ya fuera su música, a sí mismo,
al propio Dios o a la combinación de todos
ellos. Pero, tal y como enuncia en la canción
“The Cross”, de su disco Sign O’ The Times,
aunque en los días oscuros y las noches
tormentosas parece que no hay esperanza, si
eres capaz de soportar la cruz, tus problemas
de Lovesexy, Prince retomará la misma idea:
En la vida de cada hombre
habrá un obstáculo
Un torbellino diseñado para frenarte
Corta como un cuchillo
Y el sonido de este Spooky Electric P URP LE MUSIC MA GAZINE | JUNIO 2 0 2 0 | Nº 1
Intenta penetrarte
Ríndete si quieres y todo está perdido,
Spooky Electric será tu jefe
Dicho y hecho, Prince vivió su propia epifanía.
Como el ave fénix, otra criatura de la mitología
griega, se consumió entre sus propias llamas
y resurgió de entre las cenizas. No besó a la
bestia, vio la luz y supo que el amor era el
único camino: amarte a ti mismo, al prójimo,
a lo que te apasiona y, sobre todo, amar a
Dios, te devolverán a tu yo superior, tu ser más
puro y genuino, tu higher self. Cuando Prince
vio la foto que Mondino le tomó para ilustrar
el álbum, lo tuvo claro: “Es perfecta”, dijo. La
imagen sublimaba el mensaje de renovación
que Prince quería compartir con el mundo.
Ahora él sabía que había un infierno, pero
también un cielo -o un sentimiento- que lo
purificaba todo, y ese cielo se llamaba amor.
Se llamaba lovesexy.
37