Page 189 - La introduccion de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia.indb
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El SExto SEllo   183

                   157  Pararse allí y ver un torbellino venir del firmamento. Eso hacer volar una montaña en
               dos, parados allí donde estábamos; cortar la copa de árboles y cosas así. Y una Palabra irrumpir
               en estallido y sacudir tres veces, decir: “Obsérvalo ir a la costa occidental”. Fue directo allá y
               sacudió Alaska. Y ahora baja directamente por la costa occidental. Exactamente así.
                   158  El día anterior yo tomé una piedra y la arrojé al aire, y dije: “ASÍ DICE EL SEÑOR:
               ‘La hora está aquí, los juicios comenzarán sobre la tierra. Terremotos y todo sucederán. Y toda
               la costa occidental será sacudida y demás’”. Miren cuán perfecto. Día a día, todo exactamente
               de la manera que Él dijo. ¿Cómo podemos retrocederlo, hermanos? Mantengamos nuestra fe
               hacia Él.

               SED
               19 de septiembre de 1965 [65-0919]
               Tucson, Arizona, Estados Unidos
               Rev. William Marrion Branham
                   15  Nos damos cuenta que está cayendo el juicio. Las grandes fallas se están hundiendo,
               y la nación está temblando, y hay terremotos en diversos lugares. Grandes cosas históricas
               que hemos escuchado en días pasados, de juicio, por la Biblia, y las vemos repitiendo hoy.
               La profecía dice: “Como fue en los días de Noé, así también será en la Venida del Hijo del
               Hombre. Como fue en los días de Lot, así también será en la Venida del Hijo del Hombre”.
               Y vemos eso aconteciendo ahora. “Los corazones de los hombres fallando; perplejidad del
               tiempo; angustia entre las naciones”. Dios, sabemos que estamos en el tiempo del fin.


               EL RAPTO
               4 de diciembre de 1965 [65-1204]
               Yuma, Arizona Estados Unidos
               Rev. William Marrion Branham
                   177  El otro día yo estaba parado en la esquina de una calle. Y yo—yo estaba parado en…
               Estaba parado en la esquina de una calle y observaba el desfile del “Día del Armisticio”, cuando
               pasaba, avanzando por la calle. Yo me paré allí con mi hijito, José. Allí venían, primero fueron
               los antiguos tanques de la Primera Guerra, tanques pequeños, antiguos. Después pasaron los
               grandes tanques Sherman de la nueva guerra, y con grandes cañones con sus protectores,
               con—con protector puesto, y por el estilo.
                   Después de eso, pasaron los soldados; las–las–las madres con medallas doradas. Y después
               vino una carroza alegórica con… pasando… Pues, a lo lejos venía una carroza, y en la primera
               parte había una tumba: “para el soldado desconocido”. Y allí–allí estaba parado un soldado, de
               guardia sobre la tumba. Del otro lado estaba uno de la infantería marina, y uno de la naval del
               otro lado. Y había una cortina extendida. Y del otro lado estaba sentaba una madre de medalla
               dorada. Ella había perdido a su muchacho. Allí estaba una esposa joven, con su cabeza en
               una mesa, llorando. Un niñito harapiento sentado a un lado; y lágrimas cayendo de su rostro.
               Él había perdido a su papi. Pensé: “¡Qué tristeza!”. Estuve parado allí mirando los ancianos,
               quedaban sólo unos cuantos soldados; marchaban allí, inválidos y ancianos, de esa manera,
               con sus uniformes, pero orgullosamente desplegándolos porque ellos eran americanos. Pensé:
               “¡Oh, Dios mío!”.
                   178  Un día vendrá un estruendo desde el Cielo: “Y los muertos en Cristo se levantarán
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