Page 30 - LITERATURA 1RO SECUNDARIA
P. 30

Literatura                                                                   1° Secundaria




                                      LA MISTERIOSA MUERTE DE EDGAR ALLAN POE

            Ningún otro aspecto de la vida de Edgar Allan Poe ha estado más rodeado de misterio que su muerte. ¿Qué
            hechos la provocaron? ¿Cómo y de qué murió? ¿Le mataron el alcohol y el opio o fue la rabia que le transmitió
            un gato?...

            A Edgar Allan Poe, el poeta y escritor que revolucionó el relato de terror para siempre, le fascinaban tanto
            los  enigmas  y  acertijos  como  le  obsesionaba  la  idea  de  la  muerte.  Quizá  era  la  misma  naturalidad  de  la
            muerte lo que le abrumaba. Su madre murió cuando  él tenía tres años; fue testigo en Nueva York de una
            epidemia  de  cólera  en  1832  y  durante  cinco  años  contempló  cómo  su  joven  esposa  Virginia  Clemm  se  iba
            muriendo lentamente de tuberculosis entre hemorragia y hemorragia. También conocía de primera mano la
            fragilidad del cuerpo, ya que padeció en el suyo propio diversas afecciones.

            Quizá el hecho de que Poe intuyera que su propia muerte no iba a ser precisamente plácida influyera en sus
            tétricos relatos donde ninguno de sus personajes muere en paz en la cama, consolado por los amigos y los
            seres queridos, sino de forma violenta, en circunstancias raras y en ambientes lúgubres. Lo intuyera o no,
            resulta paradójico que dejara para la posteridad un último enigma por resolver: el de su propia muerte. Los
            hechos  que  la  rodearon  fueron  tan  misteriosos  que  todavía  no  se  han  aclarado  por  completo,  aunque  sí
            sabemos que murió el 7 de octubre de 1849 en el Washington College Hospital de Baltimore alrededor de las
            cinco de la madrugada.

            Último paseo por Baltimore
            Aquel año Poe vivía  en Nueva York  con su suegra,  María Clemm, a la que quería como  a una madre, en la
            misma casita donde había muerto su esposa Virginia dos años atrás. El 29 de junio de 1849 el poeta había
            comenzado una gira de conferencias para recaudar fondos con los que financiar una revista que quería lanzar,
            The Stylus. Para tal fin se desplazó a Filadelfia, y luego a Richmond donde aprovechó para reunirse con una
            amada de la infancia, Elmira Royster Shelton, con quien había decidido casarse ya que ahora ambos estaban
            viudos. Poe regresó a Nueva York para retirar un baúl con sus pertenencias y el 27 de setiembre tomó un
            barco para Richmond. Llegó a Baltimore un día después y allí descendió. Durante los días siguientes no se
            sabe muy bien qué hizo, pero sí que llevaba bastante dinero (unos 1500 dólares), que había reunido para su
            revista, además de "una pequeña suma de dinero para un artículo futuro que nunca escribió", según contaba
            su editor John R. Thompson en una carta fechada el 9 de noviembre de 1849 y dirigida a E.H.N. Patterson. El
            hecho  de  que  Poe  no  llevara  dinero  encima  ni  tampoco  en  su  baúl  (según  se  comprobó  después)  cuando
            Joseph Walker le encontró postrado en la calle Lombard de Baltimore apoya la teoría de que el escritor pudo
            haber  sufrido  un  atraco,  pero  en  cualquier  caso  no  explica  su  lamentable  estado  aquel  3  de  octubre.  A
            instancias del enfermo Walker envió una nota al doctor James Evans Snodgrass diciéndole que Poe le conocía
            y que necesitaba asistencia médica urgente. Cuando Snodgrass llegó con  un tío de Poe, Henry Herring, le
            enviaron inmediatamente al Washington College Hospital en un carruaje.

            Poe fue admitido en dicho hospital e instalado en una de las salas para pacientes alcohólicos donde sufrió
            durante varios días diversos episodios de pérdida de la conciencia con destellos parciales de lucidez. Aunque
            el cardiólogo que le atendió, John J. Morán, diagnosticó que no estaba borracho y que no había bebido, no
            consiguió  descubrir  qué  le  ocurría,  ya  que  las  respuestas  de  Poe  a  sus  peguntas  "fueron  incoherentes  e
            insatisfactorias", según escribiría Morán a María Clemm un mes después. Este médico también transmitiría
            las  últimas  palabras  del  malogrado  artista  para  la  posteridad:  "Dios  se  apiade  de  mi  pobre  alma".  No  es
            posible afirmar si estas fueron sus últimas palabras, dado que existen una serie de contradicciones en los
            era la suya. En lugar de su habitual traje negro de lana vestía unas prendas oscuras que le venían grandes,
            además de un sombrero de paja y unos zapatos muy sucios y desgastados. Este hecho, tan raro, ha dado
            lugar a la teoría de la "encerrona", recogida en la mayoría de las biografías de  Poe  a pesar de que no hay
            suficientes pruebas documentales que la sustenten.

            Una "encerrona" mortal
            Sin  duda,  resulta  sugerente  que  precisamente  el  día  en  que  Poe  fue  encontrado  en  la  calle  fuese  día  de
            elecciones en la ciudad. Walker le encontró cerca de Ryan’s Fourth Ward Polls, un antro que hacía las veces
            de bar y centro electoral. En aquellos días, las elecciones de Baltimore estaban marcadas por la corrupción y
            la violencia: las bandas políticas hacían cualquier cosa con tal de que sus candidatos salieran elegidos. Se
            robaban las papeletas, se sobornaba a los jueces y se intimidaba a los votantes potenciales. Había bandas
            que secuestraban a los transeúntes y les preparaban una "encerrona" en un cuarto donde les cambiaban de
            ropa para que pudieran votar una y otra vez en diferentes mesas electorales. Para convencer a los votantes
            les emborrachaban e incluso les pegaban.

            Si se acepta como auténtico el testimonio del doctor Morán quien declaró "estar seguro de que E.A. Poe no
            murió bajo el efecto de ningún tóxico, ni su persona ni su aliento olían a licor", esta teoría se viene abajo.
            Además,  no  hay  que  olvidar  que  un  año  antes  el  doctor  John  W.  Francis  había  diagnosticado  a  Poe  un
            padecimiento cardiaco y su frágil corazón difícilmente hubiera soportado una paliza. Parece más factible que

             3  Bimestre                                                                                 -73-
              er
   25   26   27   28   29   30   31