Page 2 - Libro Primaria Letras 3 Habilidad Verbal 6to_Neat
P. 2

Habilidad Verbal                                                                 6° Primaria
            LECTURA.



                                    En los Andes las campesinas siembran goles
            E                         al    distrito    de
                   n el centro poblado de Churubamba,
                   perteneciente
                                       las
                                              campesinas
                   Andahuaylillas,
            juegan al fútbol y ganan torneos.

            Benedicta  Mamani  recoge  una  pelota  de
            fútbol  de  su  cocina  y  sale  cojeando  bajo
            esta  mañana  helada  de  diciembre.  Ayer
            caminó  mucho  persiguiendo  a  las  ovejas
            que  pastaban  en  la  montaña  y  ha
            amanecido  con  las  pantorrillas  moradas:
            está lesionada.


            A cuatro mil metros sobre el nivel del mar, el frío de los Andes del Perú es un congelador
            natural.  Algunas  aldeas  se  esparcen  en  las  cumbres  y  las  chimeneas  de  sus  casas
            parecen condenadas a un trabajo eterno. Benedicta Mamani no sabe leer ni escribir, pero
            sí que el calor es bueno para aliviar el dolor muscular. Se ha sentado en un campo de
            tierra y frota sus piernas con llantén, una planta analgésica que crece en el huerto de su
            cabaña. No quiere perderse el partido de esta mañana. Mamani tiene cuarenta años y es
            delantera  del  equipo  de  fútbol  de  Churubamba,  una  aldea  de  doscientos  cincuenta
            campesinos, a unas cinco horas al sur de la provincia del Cusco, cuya selección femenina
            ha ganado cinco veces consecutivas las olimpiadas del distrito de Andahuaylillas.

            Este es un pueblo de edificios de  adobe  que  se levanta  a  medio camino  entre  las frías
            montañas y el tibio valle del Cusco, la antigua capital del Imperio de los Incas. Ahora son
            las seis de la mañana y un megáfono conectado a una batería de auto retumba en la aldea
            como un despertador: «¡Señoras, ha llegado la avena desde la ciudad!
            Reunión en la cancha de fútbol. Después se jugará un partido».

            El  paisaje  parece  una  imitación  natural  de  un  gran  estadio:  las  montañas  rodean  una
            planicie verde. Aquí no hay una estación de policía, ni una iglesia —ni siquiera una cruz—,
            pero  sí  dos  arcos  de  madera  clavados  en  el  centro  de  la  gran  explanada  —plaza  de
            Armas— que es la cancha de fútbol, y alrededor de ella unas sesenta casas de barro con
            techos de paja y una escuela donde se aprende a contar y a leer en quechua. El fútbol,
            idioma universal del entretenimiento, ha llegado a Churubamba mucho antes que el idioma
            español, los libros o las medicinas.

            Benedicta  Mamani  tiene  las  piernas  amoratadas  sobre  sus  ojotas,  unas  sandalias
            fabricadas  con  el  rústico  jebe  de  los  neumáticos  usados.  Ahora,  por  fi  n,  llega  a  la
            cancha, es decir, a la plaza de Churubamba. Llega cojeando. Viste un traje que ella misma
            ha confeccionado, como suelen hacer todas las mujeres del pueblo. Lleva cuatro juegos
            de faldas de colores, una sobre otra. También una blusa blanca, una chaqueta de lana de
            alpaca y un sombrero cuadrado de ala ancha bordado con hilos de colores y salpicado de
            lentejuelas.  Es  la  vestimenta  oficial  para  jugar  al  fútbol,  y  no  porque  a  las  mujeres  de
            Churubamba les guste llamar la atención de los fotógrafos del mundo que van a la caza de
            imágenes exóticas, sino porque esa es la ropa que ellas usan todos los días.

             1  Bimestre                                                                                -103-
              er
   1   2   3   4   5   6   7