Page 3 - Gramática 5to Primaria
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Gramática                                                                     5° Primaria




                                           Minos  se  mostró  muy  complacido:  “¡Qué
                                        maravillosa  es  tu  creación,  Dédalo!  –
                                        exclamó -. Sin duda eres el mejor ingeniero
                                        de  toda  Grecia.  Nadie  más  podría  haber
                                        concebido  un  laberinto  tan  extraordinario.
                                        Debes  quedarte  aquí  para  siempre  y
                                        trabajar  para  mí.  ¡Te  harás  famoso,  amigo
                                        mío!”.





                                                                  No obstante, aunque la vida en el
                                                               palacio  de  Minos  y  Pasifae  les
                                                               ofrecía  todas  las  comodidades,  y
                                                               aunque      tenían    todo    lo   que
                                                               necesitaban, Dédalo e Ícaro pronto
                                                               empezaron a sentirse como en una
                                                               cárcel.  Pues  Minos  era  consciente
                                                               de  que  solo  Dédalo  sabía  cómo
                                                               llegar  al  centro  del  laberinto  y  no
                                                               quería    que     un    secreto    tan
                                                               importante        traspasara        las
                                                               fronteras  de  su  isla.  Para  que
                                                               Dédalo  estuviera  contento,  le  dio
                                                               un  magnífico  taller  y  le  ofreció
                                                               cuantos     aprendices     necesitara.
                                                               Incluso  le  dijo  que  era  libre  para
                                                               hacer  todo  lo  que  deseara  su
                                                               corazón.  Pero  en  cuanto  terminó
                                                               de  construir  con  su  trabajo.  En
                                                               lugar  de  ello,  empezó  a  soñar  con
                                                               regresar  a  la  ciudad  que  había
                                                               dejado atrás.



                                                 “¿Recuerdas  las  calles  de  Atenas,  hijo  mío?”  –
                                                 decía  a  Ícaro  –.  Qué  ciudad  tan  espléndida,  con
                                                 sus hermosos edificios y jardines. Una ciudad que
                                                 complace  a  todos  los  dioses,  pero  en  especial  a
                                                 Palas Atenea, hija de Zeus. Cuánto anhelo volver a
                                                 entrar en sus templos”.










              do
             2  Bimestre                                                                                  -2-
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