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                Actividad 3. Leo la descripción. Pido ayuda si lo necesito.



                                                  Horacio-Manchas


                   Un domingo 24 de
                   octubre llegaste a mí.
                   Eras un gato pequeño
                   con la pancita blanca

                   y suavecita, parecía de
                   algodón, pero tu lomo,
                   ese sí que me llamó la
                   atención, no eras un
                   gato rayado de esos que
                   llaman tigre, ni el clásico
                   negro, asociado a las

                   brujas y a los cuentos de
                   niños, simplemente eras
                   un gato con manchas.
                   ¡Pero qué manchas!
                   Negras, marrones, pardas, mezcladas en un colorido sinfín, de allí tu
                   nombre “Manchas”.

                   Todos me decían, en el albergue lo llamaron Horacio, pero para mí

                   eres Manchas, así a secas, no “Manchitas”.

                   Tu rostro felino está marcado por unos ojazos verdes, delineados de
                   negro como en el mejor salón de belleza o a lo mejor de tu legendario
                   origen egipcio, ¡quién sabe!

                   Manchas es un gato patilargo, por sus largas y delgadas patas que le
                   permiten hacer saltos tan largos y altos que parece que tuviera elástico
                   en lugar de las rosadas almohadillas que le dio la madre naturaleza.


                   Manchas es sociable, le encanta estar con las personas, le gusta que
                   lo mimen y que lo acaricien, cuando llega alguna persona a casa
                   le maúlla hasta que le acarician la cabeza y la pancita. A las cinco
                   en punto de la tarde me persigue para que le dé “su premio”, un
                   bocadito especial para gato. Luego se recuesta junto a mí a echar
                   una siestecita porque es muy dormilón, aunque eso sí de oído ™no,
                   apenas me acerco, abre los ojos somnolientos dispuesto a jugar.





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