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Redacción 4° Secundaria
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Semana
Las cartas han sido definidas como una conversación por escrito. Destaca en ellas sobre todo la sinceridad de su
mensaje. Durante siglos, el predominio de la escritura convirtió a las cartas en insustituibles instrumentos de
comunicación a distancia. El correo aseguró el transporte y distribución de los mensajes alrededor del mundo.
Las cartas, generalmente, se envían dentro de sobres; y para que lleguen a su destino es necesario incluir algunos
datos. En el anverso, el nombre y domicilio del destinatario que incluye el código postal. En el reverso, el nombre y
dirección del remitente.
El contenido de una carta se organiza considerando las siguientes partes:
1. Lugar y fecha.
2. Encabezamiento.
3. Vocativo.
4. Cuerpo.
5. Despedida.
6. Firma.
7. Posdata.
El estilo del texto varía según el trato o confianza que se tenga con el receptor. Algunas, si van dirigidas a las
autoridades, exigen un contenido formal. Otras, aquellas que enviamos a nuestros parientes o amigos, suelen tener
un tono informal.
Son dos los requisitos esenciales para escribir buenas cartas: confianza en sí mismo y espontaneidad en el estilo.
En las cartas privadas se recomienda la sencillez y la naturalidad. Debe evitarse frases cliché o incluir excusas
falsas y justificaciones inconvenientes: “hace tiempo que pensaba en escribirte…”, “para mí, escribir es muy difícil”.
En la actualidad, se ha hecho muy popular el uso de un soporte electrónico que se sirve de las computadoras e
Internet. Estas cartas reciben el nombre de e-mail (se ha tratado de introducir la castellanización “emilio”). Un
mensaje de correo electrónico puede constar de texto, imágenes, archivos de datos o mensajes de voz y otros
elementos multimedia digitalizados, como animaciones o video.
MODELO DE CARTA FAMILIAR (NO FORMAL)
Comas, 6 de abril de 2018
Loquito:
¿Te acuerdas de mi última noche en Lima? Fue genial estuvimos desde el anochecer hasta el alba viviendo en una
solidaridad feroz, con Luis. Después de la comida, un tanto seria, celebrada en un solitario restaurante,
caminamos por el parque Necochea, húmedo, tristísimo; por el malecón, al borde de los acantilados miraflorinos;
fuimos lentamente por Porta, calle dos veces familia, y en el parque, bajo esos árboles viejos que no conocen la
primavera ni el otoño, simulamos una conversación superficial para mantener entretenidos a los buenos amigos
que nos acompañaban, mientras tú, Lucho y yo dejábamos fluir una silenciosa, inasible, compacta y exclusiva
amistad.
No tengo aquí cómo refugiarme en la amistad porque ustedes dos, mis patas del ama, están lejos y es imposible
construir de improvisto una amistad integral. Loquito, hermano, dile a la viejita que la extraño mucho y tambien
sus comidas. Mañana parto a Paris. Te volveré a escribir apenas llegue allá.
Recibe todo el cariño de
Mario
Compendio -48-