Page 43 - II - Literatura 4
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Literatura                                                                   4° Secundaria


                                                         Sonatina

                 La princesa está triste... ¿Qué tendrá la   Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
                 princesa?                                   ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
                 Los suspiros se escapan de su boca de fresa,   ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
                 que ha perdido la risa, que ha perdido el color.   Y están tristes las flores por la flor de la corte;
                 La princesa está pálida en su silla de oro,   los jazmines de Oriente, los nelumbos del
                 está mudo el teclado de su clave sonoro;    Norte,
                 y en un vaso olvidada se desmaya una flor.   de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

                 El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales,   ¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
                 parlanchina, la dueña dice cosas banales,   Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
                 y, vestido de rojo, piruetea el bufón.      en la jaula de mármol del palacio real,
                 La princesa no ríe, la princesa no siente;   el palacio soberbio que vigilan los guardas,
                 la princesa persigue por el cielo de Oriente   que custodian cien negros con sus cien
                 la libélula vaga de una vaga ilusión.       alabardas,
                                                             un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
                 ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de
                 China,                                      ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
                 o en el que ha detenido su carroza argentina   (La princesa está triste. La princesa está pálida)
                 para ver de sus ojos la dulzura de luz?     ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
                 ¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,  ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe
                 o en el que es soberano de los claros diamantes,  existe
                 o en el dueño orgulloso de las perlas de    (La princesa está pálida. La princesa está triste)
                 Ormuz?                                      más brillante que el alba, más hermoso que
                                                             abril!
                 ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa   ¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina,
                 quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,   en caballo con alas, hacia acá se encamina,
                 tener alas ligeras, bajo el cielo volar,    en el cinto la espada y en la mano el azor,
                 ir al sol por la escala luminosa de un rayo,   el feliz caballero que te adora sin verte,
                 saludar a los lirios con los versos de mayo,   y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
                 o perderse en el viento sobre el trueno del mar.  a encenderte los labios con su beso de amor!

                                                                            Prosas profanas – Rubén Darío





                                                          Blasón
                                     Soy el cantor de América autóctono y salvaje:
                                     mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
                                     Mi verso no se mece colgado de un ramaje
                                     con un vaivén pausado de hamaca tropical...

                                     Cuando me siento inca, le rindo vasallaje
                                     al Sol, que me da el cetro de su poder real;
                                     cuando me siento hispano y evoco el coloniaje,
                                     parecen mis estrofas trompetas de cristal.

                                     Mi fantasía viene de un abolengo moro:
                                     los Andes son de plata, pero el León de oro;
                                     y las dos castas fundo con épico fragor.

                                     La sangre es española e incaico es el latido;
                                     y de no ser poeta, quizás yo hubiera sido
                                     un blanco aventurero o un indio emperador.
                                              De: Alma América – José Santos Chocano











              do
             2  Bimestre                                                                                -116-
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