Page 2 - IV Gramatica 5
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Gramática                                                                     5° Primaria
            Lectura
                                                EL GATITO DORMILÓN

            –¡Las once! ¡las once! –maullaba mamá gata enojada. El sol iluminaba toda la casa y su hijo
            Micifuz no se decidía a levantarse. Sacó una patita y volvió a taparse, ronroneando con
            pereza. Una serie de bostezos siguieron luego y al fin saltó de su cama estirándose una y
            otra vez.


            –Mamita, ¿puedo faltar hoy a la escuela?
            –Fue lo primero que dijo.
            –¿Por qué, pasa algo? –preguntó mamá.
            –No completé mis tareas, no estudié la lección y…


            –Está bien, está bien, está bien. Mamá gata movió la cabeza pensando en don Gato que
            iba  a enojarse mucho  cuando  viniera  a  almorzar  y  se  enterara de  que  su  hijo  faltaba a
            clases por perezoso.

            Efectivamente, papá gato se enojó mucho y lo castigó dejándolo sin ver televisión.
            Así pasaban los días y el gatito siempre tenía una excusa para no ir a la escuela: que le
            dolía la cabeza, la barriga...


            Una  tarde  sus  compañeros  de  escuela  lo  vinieron  a  buscar  para  ir  a  jugar.  Dieron  un
            paseo  por  los  alrededores  y  se  alejaron  un  poco  de  su  casa.  En  las  cercanías  unos
            señores  estaban  arreglando  las  cañerías  del  agua  y  se  habían  hecho  algunos  pozos
            profundos. En cada uno había un gran cartel que decía:


            ¡POZO  PELIGROSO!  Micifuz  que  había
            faltado  tanto  a  la  escuela,  apenas  sabía
            deletrear y como además no quiso tomarse
            la  molestia  de  leer,  siguió  caminando  muy
            confiado  y  cayó  al  pozo  dándose  un
            tremendo golpe.


            Al  oír  sus  maullidos,  los  otros  gatitos
            corrieron  en  su  ayuda.  Buscaron  una
            soga y lo sacaron entre todos. –¡Ay, ay,
            mi patita! –decía Micifuz adolorido.

            Ya en casa, los padres de Micifuz tuvieron una larga conversación acerca de lo sucedido y
            el  gatito  entendió  que  si  hubiera  ido  al  colegio  como  todos  sus  amigos,  no  le  habría
            pasado el accidente, pues habría podido leer el cartel como sus demás compañeros.


            Desde entonces Micifuz prometió no dejar de estudiar, levantarse temprano y ser más
            trabajador en su casa y en la escuela. Y así lo hizo, ya no lo llamaban Micifuz dormilón,
            sino Micifuz trabajador.


                                                                               Autor: Anónimo (adaptado)
                                                                                       Cajita de Sorpresas
                                                                                                Volumen IV





              to
             4  Bimestre                                                                                  -1-
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