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Talismán


             El  río  mecía  suavemente  los  camalotes  que
      cabalgaban  las  pequeñas  olas alumbradas  por  el

      titilar de las estrellas. El monótono golpeteo de los
      remos  y  la respiración  acompasada  del  pescador,
      guiando con destreza la embarcación en pos de la

      costa  y  luchando  contra  la  corriente  que,  aunque
      invisible,  trata infructuosamente  de  arrastrarlo
      aguas        abajo.       Luego        los      remos        se
      detienen abruptamente  cuando  la  proa  roza  la

      playa dejando escapar un corto quejido de
             las maderas arañadas por la arena.

             Manuel regresaba al campamento situado en
      lo alto, donde no llegan las aguas en las crecientes.
      Fue allí donde su padre, don Carlos, construyó un
      refugio amplio y prolijo para albergar a su esposa y

      su pequeño hijo. Él eligió este lugar porque era
             parte de  un  paisaje  espléndido  con  grandes
      extensiones cubiertas por vegetación y bajo la cual

      la  maleza  como  una  alfombra  llegaba  hasta  el
      agua. Por la mañana un coro de vida te despertaba
      donde  predominaban  las  aves  con  sus  trinos  y

      en los  días  de  cambio  de  tiempo  los  monos
      aulladores gritabas sobre las copas de
             los sauces y alisos, allí la vida se manifestaba

      a  cada  paso.  Un  día  apareció  un  gran  cartel  que


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