Page 134 - Biografia
P. 134

Yo Beto: Una Historia Chévere para contar




                                               CUANDO LLEGO LA


                                         TELEVISIÓN A MI VIDA Y



                                          LOS PROGRAMAS QUE


                                                      ME GUSTABAN






               Una noche mi madre, cansada de pasarnos alzados a Yaneth y a mi todos los días,
            a las 11 o 12 de la noche, casi dormidos, de  la casa de mi tía Alicia, quien con mucho
            amor y cariño, nos permitía ver en su televisión de 17 pulgadas, mueble en madera cao-
            ba, con bordes dorados, marca Philips. Estos televisores los vendió el general Rojas
            Pinilla, en el banco Popular y era un privilegio tener uno.


               Esa noche, cuando mi madre nos dejo en nuestras camas, arropados como un “ta-
            baco”, como ella decía, le dice a mi padre, en tono decidido: “Jorge....! No mas, me
            canse, desde mañana, los chinos tendrán su televisor aquí en la casa...!”. Y así fue, a
            pesar que mi padre le contesto: “Blanca...! De donde quiere que saque la plata...?” Y
            ella le contesto, como siempre: “Mire... Jorge, así me toque lavar y planchar ropas aje-
            nas, tranquilo que no le estoy pidiendo plata, yo le pido apoyo”, y mi padre le contesta
            “Si mi amor, así se hará...!”, Gracias a la hermandad, solidaridad y cariño que existió
            entre la tía Alicia, Amandita y mi madre, se pudo hacer el sueño realidad.

               Mi tía alicia y Amandita prestaron la plata, llamaron a Ernesto Sánchez, que tenia un
            contacto para comprar un televisor de 17 pulgadas Philips, y a los cinco días, estaba
            nuestro televisor en casa. La felicidad de los dos fue inmensa, como seria que hasta
            Agustín García (el aquel, como le decíamos cariñosamente), el sobandero de cabecera
            de la familia, le toco atenderme de urgencia, quiere saber porque...? Pregunteme, sino,
            dejemos así ahijadito...!


               Aquí hagamos un pare en la lectura y vámonos a comerciales, disfrutando de un gra-
            nizado néctar verde o de un whisky solo, Ahh...! Que ricooo...!


               Preparémonos para recordar viejos tiempos, ya que mi recomendación, es que cada
            vez que lea un programa de televisión, de los que me gustaban, cierre los ojos y trans-
            pórtese a esa época (1962) y recuerde, para mi, la mejor época de la televisión colom-
            biana.


               Recordar es vivir... Empecemos... Quiero decirles, que estos fueron los programas
            originales:


                                                            134
   129   130   131   132   133   134   135   136   137   138   139