Page 1341 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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1337 Mateo 22. 26–23. 7
dejó su mujer a su hermano. De la misma manera también el 26
segundo, y el tercero, hasta el séptimo. Y después de todos 27
murió también la mujer. En la resurrección, pues, ¿de cuál de 28
los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron? Entonces 29
respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras
y el poder de Dios. Porque en la resurrección ni se casarán ni 30
se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios
en el cielo. Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no 31
habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy 32
el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios
no es Dios de muertos, sino de vivos. Oyendo esto la gente, 33
se admiraba de su doctrina. Entonces los fariseos, oyendo que 34
había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno 35
de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo:
Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le 36, 37
dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande 38
mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu pró- 39
jimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende 40
toda la ley y los profetas. Y estando juntos los fariseos, Jesús 41
les preguntó, diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es 42
hijo? Le dijeron: De David. Él les dijo: ¿Pues cómo David en 43
el Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: 44
Siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos por
estrado de tus pies? Pues si David le llama Señor, ¿cómo es 45
su hijo? Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno 46
desde aquel día preguntarle más.
Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: 23
En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. 2
Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y ha- 3
cedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y
no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y 4
las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con
un dedo quieren moverlas. Antes, hacen todas sus obras para 5
ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y
extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asien- 6
tos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las 7