Page 825 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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821                        Salmos                    35. 22–37. 4

          ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto! Tú lo has visto, oh Jeho- 22
          vá; no calles; Señor, no te alejes de mí. Muévete y despierta 23
          para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender
          mi causa. Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, 24
          Y no se alegren de mí. No digan en su corazón: ¡Ea, alma 25
          nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado! Sean avergonzados y 26
          confundidos a una los que de mi mal se alegran; Vístanse de
          vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.
          Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, 27
          Y digan siempre: Sea exaltado Jehová, Que ama la paz de su
          siervo. Y mi lengua hablará de tu justicia Y de tu alabanza 28
          todo el día.
            Al músico principal. Salmo de David, siervo de 36
          Jehová.
          La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de
          Dios delante de sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios 2
          ojos, De que su iniquidad no será hallada y aborrecida. Las 3
          palabras de su boca son iniquidad y fraude; Ha dejado de ser
          cuerdo y de hacer el bien. Medita maldad sobre su cama; Está 4
          en camino no bueno, El mal no aborrece. Jehová, hasta los 5
          cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las
          nubes. Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, 6
          abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.
          ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos 7
          de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. Serán 8
          completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los
          abrevarás del torrente de tus delicias. Porque contigo está el 9
          manantial de la vida; En tu luz veremos la luz. Extiende tu 10
          misericordia a los que te conocen, Y tu justicia a los rectos
          de corazón. No venga pie de soberbia contra mí, Y mano de 11
          impíos no me mueva. Allí cayeron los hacedores de iniquidad; 12
          Fueron derribados, y no podrán levantarse.
            Salmo de David.                                               37
          No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia
          de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto 2
          cortados, Y como la hierba verde se secarán. Confía en Je- 3
          hová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás
          de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te conce- 4
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