Page 278 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
ese año. Después almorzábamos en el comedor del banco, en un clima
de compañerismo y amistad, junto a todos los empleados. La banca
nacional perdió a un ejecutivo de primera línea y el fútbol se privó de
la inteligencia y el aporte de un hombre visionario. Estuvo por poco
tiempo en los círculos del balón. Fue suficiente. Nahím dejó su marca.
Y con Nahím, aportando sus ideas y su porte de ejecutivo de primera
línea, Filanbanco tuvo en Miguel Baduy, un conductor de lujo. Su
sensatez, su frialdad para manejar los tiempos, las finanzas y los
proyectos, fueron mi respaldo para mi estancia en el club porteño, que
nació con todas las luces que lamentablemente se fueron apagando
por la intervención maliciosa de un manojo de mentes mañosas que
siempre afectaron la salud del fútbol nacional.
El análisis de los dirigentes roza las fibras más íntimas al tocar el
recuerdo de mi hermano Oswaldo que fue un pilar fundamental
para jerarquizar a la Concentración Deportiva de Pichinvcha. Fue un
hombre generoso, inquieto, de noble corazón que supo encaminar la
Oswaldo Guerra dejó un ejemplo y una estela de superación en la familia. El Comité Olímpico
Internacional lo condecoró por su tesonero trabajo en beneficio del deporte nacional.
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