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¿Qué es la Fiebre Tifoidea?: La fiebre tifoidea
es una enfermedad bacteriana transmitida por la
ingestión de alimentos o agua contaminados. La bacteria
sólo vive en los humanos y se expulsa en las heces de
una persona afectada o de un portador. La fiebre tifoidea
es inusual en los países desarrollados, donde el grado de
higiene y el sistema de alcantarillado son adecuados. La
mayoría de los casos en estos países se da en viajeros
que regresan de países en vías de desarrollo donde
estos factores son menos rigurosos. Se ha calculado que
en el mundo se producen 17 millones de casos de fiebre
tifoidea cada año, con un total de 600.000 víctimas
mortales.
Su epidemiologia: Las posibilidades de contraer la
infección por agua contaminada suelen estar relacionadas con las dosis (mientras más bacterias se
ingieran, más probabilidades hay de contraer la enfermedad y peor serán los síntomas).
Como es clínicamente: El período de incubación medio es de 2 semanas, aunque varía
según la dosis de bacterias ingeridas. Los síntomas pueden ser relativamente leves al principio, de
nuevo dependiendo del grado de exposición. En ausencia de tratamiento se da un rápido deterioro
en 2 semanas, durante las cuales el estado de la persona puede agravarse considerablemente. Los
síntomas habituales son: fiebre alta, dolor de cabeza, dolor de estómago, debilidad, letargo, pérdida
de apetito, estreñimiento (aunque puede haber diarrea), tos y sordera. La fiebre suele aumentar día
tras día durante la primera semana, a menudo empeorando por la noche. A veces aparecen manchas
rosáceas en el tronco durante la segunda semana. La diarrea suele surgir en la segunda semana y
puede provocar deshidratación extrema. En casos graves el sistema nervioso central puede resultar
afectado, causando una enfermedad parecida a la meningitis y el coma. El riesgo de infección grave
aumenta en el caso de personas con inmunidad comprometida o que están tomando medicamentos
para suprimir la secreción de ácidos gástricos (omeprazol, ranitidina …), que actúan como primera
línea de defensa del organismo. Las complicaciones de la fiebre tifoidea pueden dañar el organismo
de diversas formas, ya que puede darse perforación del intestino, aumento de la tendencia
hemorrágica, neumonía, insuficiencia renal, trombosis venosa profunda, meningitis, artritis e
infección ósea
Diagnostico: Los análisis de sangre pueden mostrar la presencia de la bacteria en la
primera semana; en la segunda, la bacteria puede ser identificada microscópicamente mediante una
muestra de heces.
Prevención: Incluso cuando los síntomas hayan desaparecido, todavía se puede ser
portador de la enfermedad e infectar a otros. El paciente deberá realizarse al menos un análisis de
seguimiento tras el tratamiento de las muestras de heces para detectar si la bacteria todavía está
presente en el intestino o se ha eliminado por completo. La tasa de mortalidad es aproximadamente
del 10% para los casos sin tratamiento y se reduce al 1% con el tratamiento adecuado. El 3% de los
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