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Riela en mi alma tu recuerdo
como la luna sobre el mar…
En el silencio de mis noches
oigo tu voz aletear…,
tu voz, que me dice muy paso
que no me quieren olvidar!
Siento en mi frente ensombrecida
tus manos cándidas posar…
Siento en mi ardida frente gélida
el balsámico palpitar
de tus labios, que borran culpas
y que me quieren perdonar…
¡Melancólico ensueño ilusorio
de mi incoherente divagar!
Fantasía disparatada
de mi espíritu singular!
Delirio ingenuo que se trueca
-irónico y duro- en pesar…
¡Melancólico ensueño ilusorio
que no podremos realizar…!
¡Riela en mi alma tu recuerdo
como la luna sobre el mar…!
Canción ligera
Me quedas tú, y me donas tu alegría
con el dolor, y tu miel deleitable
con el acerbo aloe.
Me quedas tú, y la luz que tu alma cría
dentro la tenebrura inenarrable
de mi yo solitario:
Siempre loe
tu don ilusionario.
Me quedas tú, y el claro sortilegio
de tus ojos rïentes: con su hechizo
mi soledad se puebla.
Me quedas tú, y tu risa, cuyo arpegio
me embriaga, y tu tesoro de oro cobrizo
solaz del alma sola:
La gris niebla
tu regalo aureola.