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tanta pasión acumulada!
Y ver perderse nuestra antigua imagen
arrebatada por el agua.

Firme, bajo mi pie, cierta y segura,
de piedra y música te tengo.
Señor, Señor, Señor: todo lo mismo.
Pero, ¿qué has hecho de mi tiempo?

Alegría

Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era la alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.)

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.

DEDICATORIA

De: Jaime Ramírez

Para: Manuela Zuluaga

A pesar de mostrar una relación llena de felicidad, que desborda amor y alegría,
sabemos los dos que fue un reto llegar a eso. Tú me enseñaste que las cosas
que realmente la pena en la vida toca luchar con capa y espada por conseguirlas, ser
perseverante y no olvidar el objetivo. Contigo aprendí que lo bueno, que las “divinidades
de la vida” requieren a veces dolor, pero que al final valdrán la pena, así como todo lo
que vivimos valió la pena porque logramos llegar a lo que somos hoy.