Page 394 - ANTOLOGÍA POÉTICA
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Perlas

                  Como el molusco
                  los poetas tenemos una belleza extraña,
                  que atrae y que repugna.
                  Nos gusta el fondo amargo de las aguas,
                  y en las profundidades vivimos, respiramos,
                  escondidos debajo de las conchas calcáreas
                  y a menudo aferrados a las piedras.
                  Cada tanto,
                  un elemento extraño nos invade,
                  se enquista en nuestra entraña
                  y comienza a crecer.
                  Una hermosa señal de que no estamos solos,
                  de que somos del mundo, para el mundo.
                  Amamos esa masa que crece en nuestros vientres,
                  que se hace dura y bella a expensas de lo blando.
                  La cerrazón asfixia, sin embargo.
                  Por eso nos abrimos y expulsamos
                  esas íntimas lágrimas,
                  casi siempre imperfectas.
                  Lo oscuro pare luz, y eso consuela.


                                                                 De Explicaciones no pedidas, 2011




                  Saqueo

                  Como un depredador entraste en casa,

                  rompiste los cristales,


                  a piedra destruiste los espejos,


                  pisaste el fuego que yo había encendido.

                  Y sin embargo, el fuego sigue ardiendo.

                  Un cristal me refleja dividida.


                  Por mi ventana rota aún te veo.

                  (Con tu cota y tu escudo me miras desde lejos).


                  Y yo, mujer de paz,

                  amo la guerra en ti, tu voz de espadas,


                  y conozco de heridas y de muerte,
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