Page 722 - ANTOLOGÍA POÉTICA
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Martínez,  murió  a  los  12  años,  lo  que  causo  en  el  poeta,  muy  niño  todavía,  la
                  tartamudez.  Posteriormente,  Juan  Luis  vive  sus  años  de  adolescente  con  rebeldía
                  absoluta, en los que se ve envuelto por su deserción escolar y varios accidentes en moto,
                  uno  de  los  cuales  lo  dejo  postrado  en  la  cama  por  varios  meses,  razón  por  lo  cual
                  descubrió la lectura con ayuda de su madre. En 1971 se casa con Eliana Rodríguez, la
                  mujer que lo acompañaría por toda su vida, en este mismo año entrega su primer libro a
                  la Editorial Universitaria de Valparaíso, editorial que luego rechazaría el libro, pero que
                  luego se terminaría por publicar en 1977, año e el que su padre murió, hecho que dejo al
                  poeta  devastado.  Hasta  el  año  1982,  sigue  escribiendo  y  nacen  sus  dos  hijas,
                  lastimosamente, en este  año tiene una disputa con unos militares  por defender a una
                  mujer que estaba siendo abusada en la calle, esta disputa mas problemas de salud que
                  tenia de antemano,  como la diabetes,  le generan una necrosis tubular  en los  riñones,
                  enfermedad  que  paulatinamente  lo  debilita  hasta  que,  en  1993,  muere  debido  a  un
                  infarto en Villa Alemana, Chile.




                                                       POEMAS


                  La desaparición de la familia:

                  Antes que su hija de 5 años


                  se extraviará entre el comedor y la cocina,

                  él le había advertido: “-Esta casa no es grande ni pequeña,


                  pero al menor descuido se borrarán las señales de ruta

                  y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza”.




                  Antes que su hijo de 10 años se extraviara


                  entre la sala de baño y el cuarto de los juguetes,

                  él le había advertido: “-Esta, la casa en que vives,

                  no es ancha ni delgada: sólo delgada como un cabello


                  y ancha tal vez como la aurora,


                  pero al menor descuido olvidarás las señales de ruta

                  y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza”.




                  Antes que “Musch” y “Gurba”, los gatos de la casa,
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