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Debes conseguir que cada uno de tus amigos prometa estar junto a ti cuando lo necesites.
Necesitarás toda su ayuda y más, pues ya conoces a los pandavas.
Duryodhana vio que eran muy sensatos los argumentos de Kripa y se sentó en
silencio durante largo tiempo; luego, de repente, se levantó y mandó llamar a los espías
que habían venido antes. Les hizo que volvieran a relatar con todo detalle la muerte
de Kichaka. Duryodhana, cuando acabaron de contar toda la historia, les dijo que se
retiraran y después de pensar durante unos momentos, dijo:
—Sí, debe ser eso. En todo el mundo se sabe que únicamente hay cuatro personas
que son más grandes que el mismo Indra, en fuerza, bravura, valentía y poder físico. Os
diré quiénes son: Balarama, Bhima, Salya y Kichaka. No hay nadie más. Estos cuatro
son competidores que ostentan estas cualidades, están igualados en todo. De aquí se
deduce que los pandavas están vivos, porque Bhima está vivo. Y sabemos que Bhima
está vivo, porque es fácil deducir que Kichaka fue aniquilado por Bhima. Ninguna otra
persona podría haber matado a Kichaka. Considerad los hechos. Apenas hace un año
llega al palacio de la reina de los matsyas una extraña mujer que habla de sus cinco
maridos gandharvas. Cualquiera que tenga dos dedos de frente habría adivinado que
esta mujer, esta Sairandhri, era Draupadi y ninguna otra. Ciertamente Draupadi es una
bella mujer, eso no se puede negar. Y todos conocemos a Kichaka: nunca pudo resistirse
a una mujer hermosa. Debió intentar hacer el amor con esta serpiente en forma humana
que es Draupadi, y ella instigó a Bhima para que, disfrazándose de gandharva, asesinara
a Kichaka. Nada puede explicar si no, la muerte del gran Kichaka. ¿Quién podría
matarle en combate cuerpo a cuerpo sin ni siquiera utilizar armas? Sólo puede haber
sido Bhima. Además, fijaos en la forma en que le mataron; le aplastaron los brazos, las
piernas y la barbilla contra el pecho. ¿No reconocéis en esto la técnica de nuestro amado
primo? Es la forma de Bhima, es muy dado a esta técnica. El encuentro a medianoche
en el salón de baile y el sigiloso asesinato demuestran que el secreto era su consigna,
era esencial. La mujer y Bhima tenían mucho miedo de ser reconocidos. He aquí la
descripción del cobarde asesinato de un hombre ingenuo enamorado de un monstruo.
¡Pobre desgraciado Kichaka! —Duryodhana continuó diciendo—: Ahora que lo pienso,
todas esas descripciones que hacía nuestro amado abuelo cuando hablaba de cómo sería
el país donde habitara Yudhisthira, encajan con este reino de Matsya. Lo he podido
deducir de lo que contaban estos ineptos espías. Ya hemos encontrado el escondrijo
de nuestros queridos primos: Virata. Los pandavas están viviendo allí disfrazados.
Vayamos inmediatamente al país de los matsyas e invadámoslo. Cogeremos todos sus
rebaños, cuando el rey se encuentre en peligro, seguro que los pandavas lucharán para
ayudarle. Haremos salir a los pandavas como si fueran ratas; echando humo en sus
ratoneras. Una vez hayan sido descubiertos antes de acabar su exilio de trece años,
podremos enviarles al bosque por doce años más. Nuestro plan ya está elaborado. Por