Page 23 - EL CACICAZGO DE TEPETZINTLA
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Ignacio de la Cruz                                                 relata que un día

            regresaba a Tepetzintla de cortar pasto

            en un rancho llamado Campechana y tomó

            el camino por los terrenos de Basilio R.

            Miguel.



            “Entonces yo venía así, caminando, y que

            lo encuentro. Entonces me atajó, traía

            pasto,                  pero             ese           pasto               lo         corté                donde

            trabajaba […]. Y lo encontré y entonces

            me dijo: “Ah, ya te caí”, “ah, le digo,

            ¿qué?”. Y se atraviesa el caballo, no me

            dejó              pasar.                  “¿Y           de          qué            me          caíste?”.

            “Usted                   siempre                     anda                robando                     pasto”,

            “¿yo?,                 dijistes                     que            me         caístes                   cuando

            mero               estoy                 cortando,                         pero               orita                 no

            porque ya lo traigo, en la bestia ya

            traigo el pasto”, “No, dice, a mí no me

            hables                       más,                   ¡bájalo                         ese                 pasto!

            ¡déjalo!”, “¡no lo bajo!”, “¿ah, no?”,

            “pues no”, “¿y quién eres tú que no lo

            vas a bajar?”, “Íra, le digo, si eres

            muy valiente usted se baja y a ver cómo

            nos va”, “ah, dice, te pones, eres tonto

            y no me obedeces. Los demás sí obedecen

            y dejan el pasto”, “ah, pero yo no lo

            dejo. Pero ya te digo que si de veras

            tienes valor, descargue”. Y no lo bajé

            el          pasto,                  no          lo         bajé              de          la          bestia.

            Entonces dice: “ah, te reconozco, dice,

            nadie ha hecho eso conmigo”, dice. “Pues

            para que veas, yo soy tonto y todo, pero

            no me dejo”. Y no lo dejé. “¡Vete!”. Ya

            me dijo que me vaya. Pero así me hizo,

            me amenazó.”
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