Page 165 - LIBRO 3 SUEÑA Y ESCRIBE 2020
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Sueña y escribe



                           familia y su experiencia no iba más allá de su tesis

                           de grado.

                           Para ese noviembre de 2185, Izaro presentó a sus

                           maestros el trabajo final, este  sin que lo supieran,
                           fue  el  elemento  fundamental  para  que  el  virus  se

                           erradicara  del  planeta  Tierra,  aquel  devastador
                           enemigo invisible que acabó con 5 millones de vidas

                           le quedaba poco tiempo. Izaro era un joven soñador
                           que creía que si se materializan los sueños se podía

                           llegar muy lejos, y así fue. Una noche, después de
                           una larga jornada de estudio, trasnocho y casi dos
                           jarras  de  café  y  estudiar  el  último  tema  de

                           Inteligencia artificial, esa materia en la cual siempre
                           pasaba por promedio, no era que le pusiera mucho

                           empeño pero fue la que le brindó los conocimientos
                           para sacar la cura al virus, ese mismo elemento que

                           todo  el  mundo  esperaba  que  los  laboratorios
                           produjeran  con  ansias.  Esa  noche  Izaro  soñó  que

                           salía  de  su  casa  rumbo  a  la  universidad  a  su
                           ceremonia de graduación y que todas las personas
                           con  las  que  se  encontró  en  el  camino  llevaban

                           puesto  un  curioso  traje  que  les  cubría  todo  el
                           cuerpo, era tan raro que todos tenían en su espalda

                           un  pequeño  tanque  metálico  con  una  rejilla,  Izaro
                           mientras caminaba con prisa se miró a sí mismo en

                           una  ventana  y  por  el  reflejo,  se  dio  cuenta  que  él
                           también llevaba puesto este curioso disfraz, en ese

                           preciso  instante  sonó  la  alarma  y  ya  eran  las  6:30
                           a.m. de nuevo, Izaro iba tarde.
                           Este  sueño  quedó  rondando  en  su  mente,  apenas

                           era mayo y no se sabía qué vendría el curioso virus,
                           así  pasó  el  tiempo,  Izaro  terminó  el  noveno




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