Page 1 - LIBRO INTENTO SOCIALES
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Lycée Charles de Gaulle
          Concepción


                            UNIDAD V INESTABILIDAD POLITICA Y PRESIDENCIALISMO 1925-1938
                   GUÍA 2 PROGRAMA DE REFORMAS ECONOMICA DE CARLOS IBAÑEZ DEL CAMPO 1927-1931
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          El Estado como impulsor de la economía nacional

          La dictadura de Ibáñez asumió el fomento de la economía nacional como un rol prioritario Estado. Pablo Ramírez,
          ministro de Ibáñez en varias carteras, entre ellas la de Hacienda, entendía que la transformación del Estado chileno
          en un verdadero “Estado Moderno” pasaba por su preponderancia en la toma de decisiones económicas.

          El plan de estabilización de las finanzas estatales

          Para Ibáñez y Ramírez, el equilibrio del presupuesto fiscal era una condición básica del correcto funcionamiento del
          Estado. Según él, dos obstáculos le impedían conseguir este objetivo: la desorganización con que se recaudaban las
          entradas fiscales y los gastos innecesarios en que incurría el Estado. Para corregir estos problemas se ejecutaron
          diversas medidas destinadas a centralizar y aumentar la eficiencia y fiscalización de las instituciones públicas.

          Ibáñez consideraba que los ingresos que recibía el Estado eran inferiores a la cantidad que correspondía. Esto se
          debía  a  que  la  forma  en  que  se  recaudaban  los  impuestos  carecía  de  rigurosidad,  lo  que  facilitaba  la  evasión
          tributaria.  Para  poner  fin  a  esta  situación,  unificó  todas  las  tesorerías  fiscales  en  la  Tesorería  General  de  la
          República y reorganizó la Dirección General de Impuestos Internos y la Superintendencia de Aduanas.

          En cuanto a los excesivos gastos fiscales, Ibáñez pensaba que se debían al creciente número de funcionarios públicos
          que habían obtenido sus cargos gracias al cuoteo político, a la dispersión en la organización de los organismos
          estatales y a la precaria fiscalización sobre las instituciones públicas. Para contrastar este diagnóstico, reemplazó a
          una importante proporción de funcionarios por profesionales jóvenes, reestructuró la administración pública a
          través  de  la  fusión  y  centralización  de  diversos  organismos  y  creó  la  Contraloría  General  de  la  República,
          organismo autónomo destinado a fiscalizar jurídica y financieramente la administración estatal.

          El plan de fomento económico

          Las  medidas  de  estabilización  adoptadas  en  la  administración  de  Ibáñez
          resultaron exitosas. Permitieron que el Estado tuviera un creciente superávit
          durante los primeros años y sentaron las bases para la realización del objetivo
          central  de  esta  administración:  asumir  el  fomento  de  la  economía  nacional
          como la principal tarea de su gobierno. Si bien los excedentes obtenidos tras el
          reordenamiento del aparato fiscal no fueron suficientes para financiar un plan
          de fomento de largo alcance, permitieron aumentar el prestigio financiero del
          país en el exterior. Esto posibilitó la obtención de créditos internacionales,
          que se adquirieron con la intención de realizar una alta inversión inicial, cuyo
          pago se efectuaría a largo plazo.

          Con los recursos obtenidos de este endeudamiento se ejecutó un plan de Obras
          Públicas  de  gran  alcance,  destinado  a  la  construcción  y  reparación  de
          infraestructura,  desde  alcantarillado  hasta  puertos.  En  este  ocupó  un  lugar
          fundamental la construcción de caminos destinados a permitir la movilización
          de la gran cantidad de vehículos motorizados que comenzaba a llegar al país.
          Estas  rutas  fueron  trazadas  con  el  fin  de  unir  el  campo  y  otros  centros  de
          producción con ciudades y estaciones de ferrocarriles.

          Por otra parte, el Estado subsidió a diversos sectores de la economía nacional a
          través de la instauración  o potenciamiento de diversas  Cajas de Crédito  y  Cajas de Fomento. Ellas  tenían por
          objetivo la entrega de créditos asequibles y subsidios a privados con el fin de incentivar la producción. Algunas de
          estas cajas fueron la Caja de Crédito Agrario, la Caja de Crédito Minero, el Instituto de Crédito Industrial y la Caja
          de  Fomento  Salitrero.  Asimismo,  en  1931,  se  creó  la  Compañía  de  Salitres  de  Chile  (Cosach),  con  el  objeto  de
          recuperar los ingresos fiscales sobre la exportación salitrera a través de una fuerte participación estatal sobre la
          compra y reactivación de salitreras, introducción de tecnología y nacionalización de la fuerza de trabajo.
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