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1. ¿A qué edad descubriste tu vocación y cómo fue?
               Aunque el mercado ahora                   Yo  andaba  ya  antes  de  caminar.  Pero  no  danza  académica.
                    esté paralizado y el                 Descubrí el ballet a los 10 años de edad en la escuela de reli-
                                                         giosas donde estudié, la de Las Damas Negras de la Travesse-
                        panorama sea                     ra de Gràcia de Barcelona. Por aquel entonces, aprovechando
                                                         que era una niña alta y que saltaba como nadie, me hacían ju-
                    aterrador, debemos                   gar en el equipo de básquet. Me sentía como Billy Elliot, ya que
                                                         detestaba este deporte. Al final de los partidos observaba con
                 mantener una posición                   envidia las niñas que hacían ballet en la sala contigua. Cómo
                                                         sería mi cara mientras miraba a través de los cristales del gim-
                     optimista y seguir                  nasio, que un día la profesora de danza me cogió de la mano y
                activos en la preparación                me invitó a entrar en el aula dónde se hacía la clase de danza.
                                                         Durante una temporada estuve practicando ballet de incógni-
                  de proyectos para que                  to, ya que en mi casa ignoraban aquella aventura. Hasta el día
                                                         en que decidí explicárselo a mis padres. ¿Cómo se lo tomaron?
                   cuando la crisis haya                 Les pareció maravilloso, ya que les encantaban los musicales
                                                         americanos. Mi padre nunca había aprendido a bailar pero lo
                pasado nos encuentre en                  hacía de fábula. Le gustaba imitar a Fred Astaire. Mis padres se
                                                         convirtieron en mis mejores aliados desde el primer momento.
                         plena forma.
                                                         2. ¿De dónde sacaste la valentía de fundar tu propia es-
                                                         cuela con tan sólo 19 años?
                                                         El oficio de maestro se lleva en la sangre y la vocación es in-
                                                         destructible. Desde que era preadolescente he impartido cla-
                                                         ses de danza en los lugares más peculiares, allí dónde me lo
                                                         proponían. Ciertamente percibía que había nacido con cuali-
                                                         dades pedagógicas que me gustaba transmitir. Cuando a los
                                                         19 años monté mi propia escuela empecé con tan sólo siete
                                                         alumnas, que, de hecho, eran amigas mías a las que convencí.
                                                         Era  febrero de 1971.  La mayoría  de edad estaba  estipulada
                                                         entonces en 21 años, por tanto tuve que pedir a mi padre que
                                                         me emancipara legalmente para poder firmar el contrato de al-
                                                         quiler del local y solicitar un préstamo bancario. El año anterior
                                                         había trabajado como secretaria de dirección de una labora-
                                                         torio farmacéutico, con un sueldo ínfimo. Ahorré lo suficiente
                                                         para permitirme equipar mi primer estudio con una mesita en
                                                         la recepción, un colgador, un pequeño espejo y un piano de al-
                                                         quiler. Mis limitados recursos hacían que yo misma asumiera la
                                                         limpieza, las reparaciones, la contabilidad y todas las clases de
                                                         la mañana a la noche. Aquel mismo año acabé con una treinte-
                                                         na de alumnos, lo que me pareció una muchedumbre, y llevé
                                                         a cabo mi primer Festival. Ahora es un orgullo, al mirar atrás,
                                                         darme cuenta que aquella pequeñísima escuela inicial se ha
                                                         convertido en un centro de artes escénicas de referencia y que
                                                         hasta la actualidad han pasado por él 42.000 alumnos.

                                                         3. ¿Cuáles son las claves del éxito?
                                                         Hay varios factores. El primordial, no equivocarse al elegir la
                                                         profesión. Hay que identificar el talento propio, las cualidades
                                                         naturales y hacerlas coincidir con la profesión elegida. Pregún-
                                                         tate: ¿tengo facultades para ello o me enterraré en una profe-
                                                         sión equivocada? A partir de aquí, no debes dejar lugar al mie-
                                                         do. No pierdas la pasión. Haz lo posible por mantenerte física
                                                         y mentalmente sano. Acaba con los malos hábitos. Rodéate de
                                                         un buen equipo y aléjate de todos aquellos que pretenden ba-
                                                         jar tu autoestima. Aprende a cazar la suerte, estando atento a
                                                         las oportunidades. Sé optimista y persistente. La resistencia es
                                                         el éxito.
 Fotografía:
 Franciso José Vazquez

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